Para algunos sigue siendo «el de los fantasmas», pero para su legión de seguidores es el periodista que intenta explicar lo inexplicable en libros, radio y televisión, donde dirige y presenta Cuarto milenio. Discípulo del desaparecido profesor Jiménez del Oso, Iker Jiménez triunfa en Cuatro con la versión televisiva de su conocido espacio radiofónico Milenio 3.
-A punto de despedir el 2008, ¿qué balance hace del año?
-Muy positivo. Llegamos en noviembre del 2005 y hemos ido aumentando la audiencia en cada entrega, lo que no es habitual en un medio tan cambiante. Estamos sometidos a la dictadura del espectador, que es el que manda, y está claro que la gente se identifica con el misterio, con el miedo, pero también con otros temas porque hemos ampliado el campo y ha respondido muy bien. Hemos tocado asuntos de ciencia pura y dura que han tenido mucho eco.
-Esto quiere decir que el espectador no es tan conservador como se dice en gustos televisivos.
-La apertura era un riesgo, pero es que no queríamos encasillarnos. Pretendemos ir un poco más allá para aprender cosas.
-¿Cuál es el secreto para que temas aparentemente áridos enganchen?
-Nuestra gran ventaja es la libertad que tenemos por parte de la cadena. Esto es algo que valoro mucho porque no estoy dispuesto a plegarme al complicado mundo de la televisión, donde durante años se ha tratado el misterio de manera bastante bochornosa. Siempre me he negado a las peleas, insultos y a ridiculizar estos asuntos.
-Llama la atención que un medio que clona todo lo que tiene éxito no haya copiado «Cuarto milenio».
-Se han hecho tentativas en Antena 3 y Canal Sur, pero ninguna ha cuajado porque este, por fortuna o por desgracia, es un producto muy personal. A mí me gustaría que hubiese más con esta temática, pero es tan complicado saber qué puede pasar... En ocasiones, la tele sí es que es un misterio incomprensible.