La secuela de «Peter Pan» llega a las librerías traducida a más de treinta idiomas

Pedro Alonso LONDRES

TELEVISIÓN

JOHN D. MCHUGH

05 oct 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

«Algo no va bien en el país de Nunca Jamás. Tenemos que regresar», intuye el personaje de Wendy en el primer capítulo de la esperada segunda parte de Peter Pan , el niño que no quería crecer, y que se publicó ayer en una treintena de países. La secuela del gran clásico del escocés James Mathew Barrie (1860-1937), escrita por la autora británica de libros infantiles Geraldine McCaughrean, busca deleitar a los más pequeños -y no tan pequeños- bajo el llamativo título de Peter Pan de rojo escarlata . El hospital infantil Great Ormond Street de Londres, al que Barrie cedió en 1929 los derechos intelectuales de su libro, eligió a esa novelista para relatar las nuevas aventuras de Peter Pan, tras convocar en el 2004 un concurso que marcó el centenario de la obra y al que se presentaron unos doscientos literatos de todo el mundo. El honor recayó en McCaughrean (Londres, 1951), una narradora veterana que ha publicado más de 130 libros, pese a los rumores que apuntaban a la archiconocida y millonaria J.K. Rowling, creadora del mago Harry Potter, como favorita para recibir el encargo. Sea como fuere, la escritora, que compartirá con el centro médico las ganancias de la obra (editada en España por Alfaguara Juvenil y traducida a 34 idiomas), dijo ayer que los personajes «han encontrado muy cambiado el País de Nunca Jamás». Frío y aterrador El país de los niños que se niegan a convertirse en adultos resulta ahora «más frío, más peligroso y más aterrador que antes», explicó McCaughrean a la emisora pública británica BBC. La nueva peripecia de Peter Pan, que incluye nuevos personajes y suprime otros antiguos, transcurre en 1926, veinte años después que en el clásico de Barrie, en un país de Nunca Jamás invadido por una sombra siniestra y rojiza que no presagia nada bueno. El propio héroe también ha cambiado un poco, pues se ha vuelto más vanidoso y malhumorado, si bien sigue con el hada Campanilla, los «niños perdidos» y se enfrenta -como siempre- a su gran enemigo, el capitán Garfio, un pirata que sólo teme al tic-tac del reloj. Uno de los niños del libro original, Michael, ha muerto en la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y el resto han crecido, viven en el mundo real y algunos incluso se han casado y tienen hijos, como Wendy.