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12 jun 2006 . Actualizado a las 07:00 h.EN EL primer número de Bf, la revista oficial del programa de Andreu Buenafuente, dice el showman que no entiende a los críticos de televisión. Le preguntan si les ocurre lo mismo que en la famosa cita de Orson Welles -«Odio la televisión como a los cacahuetes, pero no puedo dejar de comer cacahuetes»- y responde que casi todos los opinadores «odian la tele y a los que la hacen. Dicen cosas cargadas de odio irresponsable, que no tienen en cuenta ni el trabajo ni la repercusión¿». Quizá Buenafuente tenga parte de razón, pero en la misma entrevista él reconoce que la mala fama del medio se debe a que «tiene un listón creativo y de compromiso tan bajo que podría superarlo El Fary sin saltar. La gente ve cosas escandalosas -añade- y acaba perdiéndole el respeto¿». Si el listón es bajo, pienso yo, los críticos estarán en su derecho de darnos el toque a los profesionales. Dejemos que los especialistas en televisión cumplan su función, aunque duela, y comprendamos al mismo tiempo a Buenafuente. Trabaja mucho, es un excelente profesional y, como se dice en su revista, preguntarle a un actor lo que piensa de los críticos es como preguntarle a una farola qué opina de los perros¿