La verdadera madre de Rimbaud

Antonio Paniagua MADRID

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Reportaje | Desmontando una leyenda negra La escritora Françoise Lalande arroja luz sobre la tormentosa relación del poeta con su progenitora, llena de peleas y reconciliaciones.

12 dic 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Quizá sea una de las mujeres más vilipendiadas de la historia. Vitalie Cuif, la madre del francés Jean-Arthur Rimbaud (1854-1891), uno los poetas más grandes de todos los tiempos, arrastra una leyenda negra de mujer castradora y tiránica, intransigente y devota, que jamás comprendió el talento de su hijo. Con el ánimo de enmendar el error, aunque sin pretender elevar a los altares a madame Rimbaud, la escritora Françoise Lalande escribió hace casi 20 años La madre de Rimbaud, una biografía sobre esta mujer que, según Lalande, cargó sobre sus hombros sufrimientos inagotables. Ahora, la editorial Funambulista, dirigida por Max Lacruz, ha decidido publicar por primera vez en España esta obra que en Francia goza de continuas reediciones. Con este libro, el sello Funambulista se adelanta a las conmemoraciones de «año Rimbaud», que se celebrará en 2005, coincidiendo con el 150 aniversario del nacimiento de este poeta precoz. Frente a la vida accidentada e impetuosa de su hijo, Vitalie Cuif es el reverso de la moneda de Rimbaud, el negativo del poeta. Si su vástago dilapidó su fortuna, ella se encargó de ahorrar hasta en la calefacción y la mantequilla; si él se rebeló contra todas las convenciones de la moral burguesa, ella, por su educación y origen, era prisionera de esa misma moral. No es extraño que una mujer tan severa contemplara horrorizada los amores de su hijo con Paul Verlaine. Pasión «He intentado descubrir una historia de pasión entre una madre y un hijo. La relación de la madre de Rimbaud está llena de dolor, peleas y reconciliaciones. Ambos protagonizaron una historia de amor difícil, porque madame Rimbaud y su hijo eran muy parecidos: los dos eran inteligentes y duros», explica la autora de la biografía. Aunque tildada de fría y adusta, Françoise Lalande no escatima en elogios para una mujer que, con muy pocos años, tuvo que dirigir con arrestos un universo de hombres y mandar sobre su padre y sus dos hermanos. Es verdad que podía parecer un tanto taciturna y encarnar un carácter granítico, pero ¿como podía ser una mujer que tuvo que criar a cuatro hijos sola porque su marido la abandonó? Una granja Vitalie Cuif regía con diligencia una granja y el trabajo la salvó de una catástrofe. «La vida de las mujeres en el siglo XIX era difícil, y ser mujer en el campo lo era todavía más. A pesar de todas esas dificultades, surge un genio en la familia», afirma la autora. Por supuesto, Vitalie Rimbaud no transigió jamás con la homosexualidad de su hijo, pero demostró una «amplitud de miras» inédita para la época con el amante de Arthur, un Paul Verlaine posteriormente desesperado por el abandono del poeta. Según la autora de la biografía, madame Ribaud escribió una carta emotiva y «maravillosa» a Verlaine , misiva que se contradice con su proverbial sequedad. «Yo también he sido desdichada. Mucho he sufrido, mucho he llorado pero he sabido que todas las aflicciones se volverían en mi provecho», confesaba Vitalie a un despechado Verlaine que luego heriría de bala a su hijo Arthur.