Janet Jackson, sin trabajo

Bárbara Celis D'Amico CORRESPONSAL | NUEVA YORK

TELEVISIÓN

La artista ha sido despedida de su primera película por el desacuerdo de la cantante a la que iba a encarnar con su polémica actuación en la pasada Super Bowl

25 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

El pecho de Janet Jackson se ha convertido en un arma de destrucción masiva cuyo ataque empieza a dejar un auténtico reguero de víctimas. Tras su polémico destape durante la emisión televisiva de la Super Bowl, que motivó la apertura de una investigación por «indecencia» por parte de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) la primera atacada fue la propia Jackson, a la que se prohibió asistir a la entrega de los Grammy. Además del escarnio nacional al que ha sido sometida por la prensa, ayer recibía otra bofetada al ser despedida por la ABC de una película sobre la vida de la cantante Lena Horne. Al parecer, tanto ésta como su hija Gail Lumet Buckley protestaron ante los directivos de la cadena y obligaron a rescindir el contrato. En solidaridad, los productores ejecutivos de la película, Craig Zadan y Neil Meron, también abandonaron el proyecto. Pero la artista no es la única víctima de su propio ataque sorpresa contra la moralidad norteamericana. Ayer, el conglomerado mediático Clear Channel, que poseee más de 1.200 estaciones de radio y decenas de televisiones locales, anunciaba su política de tolerancia cero. «Clear Channel quiere ayudar seriamente a combatir el aumento de la indecencia en las ondas», afirmó el presidente Mark Mays en un comunicado. «Si un dj viola las normas de la FCC, no habrá apelaciones ni pasos intermedios. Si rompen la ley emitiendo material indecente no trabajarán para Clear Channel», aseguró el presidente ejecutivo John Hogan. El anuncio llegaba tras el despido del dj Buba the Love Sponge por haber radiado los sonidos de unos personajes de dibujos animados practicando sexo a una hora en que podrían estar escuchando los niños. La FCC condenó a Clear Channel esta semana a pagar la multa más alta jamás recibida por un medio de comunicación: 755.000 dólares por radiar dicho material. Pero entre las víctimas del seno de Jackson se encuentran sobre todo, los espectadores. Tras su espectáculo, las televisiones anunciaban que sus retransmisiones en directo sufrirían un retraso «censor» de varios segundos para evitar «sorpresas». En el caso de los Grammy, la censura alcanzó los cinco minutos, mientras que para los Oscar, que se entregan el próximo domingo, sólo habrá un retardo de ocho segundos.