LES LLAMAN silent movie porque son producciones filmadas en tiempo récord sobre temas actuales. Casi de usar y tirar porque su factura se acerca más al episodio de cualquier teleserie que al estándard de una tvmovie aislada. Las ves y las olvidas. Lo comprobamos en El tránsfuga, que emitió Antena 3 en la noche del martes. Como su nombre indica, tomaba como referencia el morrocotudo escándalo de la Comunidad de Madrid y los dos diputados socialistas que se dieron el piro. Era muy arriesgado, venir ahora con una recreación dramática de lo ocurrido, aunque introduciendo algunos quiebros en el guión para no levantar ampollas y evitar querellas. Tienen de bueno su condición de producción propia, que da chollo a nuestros profesionales, que mejor eso que recurrir a infumables productos ajenos. Pero la producción de El tránsfuga «cantaba» a capella... Sus imágenes eran de una modestia insultante, como la calidad de sus decorados, lo irregular de sus interiores y lo rutinario del guión. Álex Angulo no daba el pego como un Tamayo de la vida, y Jorge Sanz no parecía un despiadado especulador. Que el desenlace recurra al humor negro, se agradece, pero el conjunto no logró inquietar al espectador. Nos cuentan que el asesino del naipe y el caso Wanninkhof serán los próximos. Uf, más...