Paseo por el genio Gaudí

Ana Iglesias Lago
Ana Iglesias A CORUÑA

TELEVISIÓN

LLUIS GENE

Barcelona acoge al visitante en la celebración del Año Internacional Gaudí con la ciudad convertida en una enorme sala de exposiciones centradas en el arquitecto catalán

27 jul 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

El turista que elige Barcelona para su destino en vacaciones se encuentra con un atractivo recorrido por la obra del arquitecto catalán Antoni Gaudí. El Paseo de Gracia barcelonés, el eje central del Ensanche que sirvió de escaparate a la burguesía catalana de principios del siglo XX, sirve de improvisada pasarela para recorrer parte del legado más destacado de Gaudí en la ciudad de Barcelona. La Casa Batlló y la Pedrera son dos claros ejemplos de joyas modernistas creadas por Gaudí. La primera de ellas abre sus puertas al público de modo excepcional. Es una ocasión única para admirar la armonía sinuosa de sus interiores y los muebles diseñados por el mismo Gaudí. Una casa de cuento El edificio data de 1870, pero Antoni Gaudí recibió el encargo de reformarla en 1904. Lo hizo a fondo: le añadió dos nuevas plantas y transformó la fachada hasta darle un inequívoco toque Gaudí, con formas onduladas, toques de color y columnas que semejan huesos de animales prehistóricos. Parece una casa de cuento, como si vivieran en ella Hansel y Gretel. Quizá por ello ahora es propiedad de la empresa Chupa-Chups. La ondulación de las formas pétreas de La Casa Milá, actual sede de Caixa de Catalunya, creó gran polémica en la época. Lo primero que llama la atención son sus balcones, a través de los cuales entra la iluminación al edificio. El juego de luces y volúmenes nos lleva desde la fachada a una amplia terraza repleta de volúmenes escultóricos y chimeneas desde la que se contempla una espléndida vista de la ciudad. En el interior y a lo largo de todo este año se puede admirar un magna exposición en la que descubrimos desde impresionantes maquetas a la ejecución de sus famosas columnas torneadas hasta planos originales y fotografías de parte de su obras. La Pedrera fue bautizada popularmente de modo despectivo porque su fachada parecía una cantera. En la prensa de principios del siglo XX se publicaron chistes en los que se comparaba el edificio con un garaje para zepelines o un refugio de dinosaurios El rápido recorrido por la ciudad culmina en el templo de la Sagrada Familia obra que Gaudí dejó inacabada a su muerte en 1926. En su entrada se multiplican el número de autocares, de escuelas y de vendedores de recuerdos. En el interior hay que avanzar en fila, para acceder a un minúsculo ascensor que nos conduce a las torres desde las que la ciudad de Barcelona parece de cartón a nuestros pies. El arquitecto, aquí, es más estrella que nunca Inconformista Antoni Gaudi i Cornet, nacido el 25 de junio de 1852 en el seno de una familia de artesanos de Reus (Tarragona), tuvo un carácter introvertido e inconformista, que le vale a menudo malos resultados académicos en contraposición con su afición desde muy joven por el estudio de las culturas primitivas como base de la fusión entre el hombre y la naturaleza un interés que influirá en su obra posterior. Su profunda religiosidad y sus creencias metafísicas marcan su revolucionaria obra, plagada de formas vegetales y ondulaciones irreales, que según aseguraría el propio autor, en alguno de los casos concebidas bajo inspiración divina.