Ningun intérprete en los diez primeros lugares

La Voz

TELEVISIÓN

31 may 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Para encontrar un nombre conocido por los que ya tienen bastante con saber quiénes hacen sus películas favoritas hay que ir hasta el número seis de esta lista, puesto que ocupa Steven Spielberg. El creador de ET es uno de los pocos privilegiados que todavía pueden permitirse una práctica en desuso: reservarse parte de las ganancias de una película, en lugar de cobrar un salario previamente pactado, lo que, si la jugada sale bien, y Hollywood pocas veces pierde, multiplica su beneficio. Ningún actor figura entre los diez nombres más poderosos de Hollywood. Hay que descender hasta el número quince en busca del primero: Tom Hanks ocupa ese puesto, justo por debajo del galáctico George Lucas, y por encima de Tom Cruise, que el año pasado llegó a estar en el número once, antes del divorcio. Por cierto que su ex , Nicole Kidman, entra este año por primera vez en el ránking, en el lugar 83, por delante de Jodie Foster (84), John Travolta (86), Anjelina Jolie (87) y Gwyneth Paltrow (88). La primera actriz, Julia Roberts, tiene menos poder que el año pasado. Tras «el efecto Oscar», ha descendido del puesto 12 al 18 actual, aunque aún sigue siendo la primera opción de los estudios entre las chicas para cualquier gran papel protagonista. Recorte de salarios Los actores españoles siempre se quejan en sus entrevistas de la incertidumbre que supone para ellos tener que esperar al lado del teléfono una llamada que no siempre se produce: la señal que los ponga en el camino de su próxima película o, mejor todavía, de una serie de televisión, que suele dar más dinero y popularidad, cuando tiene éxito. En cambio, a sus compañeros de profesión en Hollywood les preocupan otras cosas. Salvo Cameron Díaz, que recientemente ha dicho que no trabaja por la pasta sino por el placer de ponerse a las órdenes de grandes directores (como Martin Scorsese), el resto tiene problemas estos días. Los estudios han decidido pagarles menos, como una manera de hacer cuadrar sus mastodónticos presupuestos. Uno de los primeros afectados por los recortes ha sido Arnold Schwarzenneger, que tuvo que pasar por la «humillación» de aceptar la siguiente propuesta: 12 millones de dólares como salario y otros 8 si Daño colateral tenía éxito, cuando antes le pagaban sus veinte millones limpios, sin rechistar. Tom Cruise, más digno, optó por dar un portazo y marcharse cuando MGM y Miramax le dijeron que tenía que cobrar menos de lo habitual si quería hacer Cold mountain . Y eso a pesar de que, con las malas críticas cosechadas, logró que su Vanilla sky recaudara 100 millones de dólares.