La decisión del Gobierno de ampliar la distribución de la imagen oficial a sindicatos e iglesias desata la polémica
02 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Los retratos del rey Carlos III siguen dando de qué hablar en el Reino Unido. Menos de 72 horas después de que se desvelara, en el Palacio de Buckingham, la primera pintura del soberano tras su coronación y cuyo fondo rojo ha desatado una ola de opiniones a favor y en contra, otra imagen suya, esta vez una captada por una cámara fotográfica, está provocando revuelo. Sin embargo, la nueva controversia no está girando en torno a cómo ha resultado la gráfica, sino a su costo y sobre todo a quiénes van a ir dirigidas sus copias.
La nueva polémica ha salpicado a la foto oficial del monarca, la cual debe estar colgada en los edificios públicos. ¿El motivo? La decisión del Gobierno británico de extender su distribución gratuita más allá de los tribunales, las escuelas, las estaciones de policías y de bomberos, como en un principio se anunció.
A través de un comunicado de prensa, el viceprimer ministro Oliver Dowden anunció que a partir del próximo 5 de junio los hospitales, los centros de empleo, las universidades, las academias y los templos de la Iglesia anglicana podrán hacerse con una copia de la gráfica captada por el fotógrafo Hugo Burnand y en la cual el soberano aparece de pie, vestido con el uniforme de gala de la Armada Real, en uno de los salones del castillo de Windsor.
La decisión gubernamental ha sido criticada por académicos, sindicalistas y líderes musulmanes.
Jon Richards, secretario general adjunto de Unison, admitió que la familia real es «una fuente de identidad nacional para muchas personas». Sin embargo, indicó que «no todos verán esto como un buen uso del dinero público». «Las universidades, hospitales y otros servicios públicos esenciales encontrarían mejores formas de gastar este dinero», agregó al diario londinense «The Guardian».
Por su parte, desde el Consejo Asesor Nacional de Mezquitas e Imames (Minab, por sus siglas en inglés) dijeron que la decisión de Dowden de escoger a los recintos administrados por la Iglesia de Inglaterra como los únicos sitios de culto elegibles para recibir la fotografía oficial del soberano es un acto discriminatorio.
«El rey Carlos III es muy apreciado por personas de todas las religiones, porque tiene profundos intereses en la fe y el trabajo que ha realizado para construir puentes en las comunidades (…) A varias religiones les hubiera gustado mostrar que el respeto es correspondido colgando su foto en sus recintos», declaró Qari Asim, presidente de la Minab, al diario londinense.
Para reemplazar los retratos de la anterior monarca, la fallecida Isabel II, el Gobierno puso en marcha el programa de la Fotografía Oficial del rey Carlos III, el cual estaba dotado con un presupuesto de 4,4 millones de libras (5,17 millones de euros). Pero hasta el momento las autoridades no han informado cuántos retratos han sido producidos ni distribuidos y solo han informado que el 100% de los tribunales y más del 90% de las alcaldías ya cuentan la foto del actual jefe del Estado.
Desde el 10 de Downing Street han asegurado que la extensión de la iniciativa no tendrá ningún coste adicional para las arcas públicas.