Polémica en el Reino Unido por la muerte de un niño de dos años debido al moho de su piso, una vivienda semipública

Efe LONDRES

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Una jueza confirma que el pequeño, de origen sudanés, murió en el 2020 por problemas respiratorios causados por el mal estado del hogar; cuando su familia protestó por la humedad le recomendaron que pintara las paredes

20 nov 2022 . Actualizado a las 22:19 h.

El fallecimiento de un bebé ha desatado una nueva tormenta entre los británicos. Porque con ese drama salen a la luz las duras condiciones de vida que afrontan familias sin recursos en el país. El Gobierno del Reino Unido ha lanzado una advertencia a los ayuntamientos y proveedores de vivienda oficial en Inglaterra después de que esta semana una jueza forense determinara que el niño de 2 años Awaab Ishak murió en el 2020 por problemas respiratorios causados por el moho que invadía su hogar. El ministro de Cohesión Territorial, Michael Gove, ha escrito tanto a las autoridades locales como a las llamadas asociaciones de vivienda (organismos sin ánimo de lucro que a menudo reciben fondos públicos para ofrecer hogares asequibles) a fin de que eviten que un caso como el de Ishak «no se repita jamás».

«Esto es un último aviso a los proveedores de vivienda: tomaré las medidas necesarias para mejorar los estándares en todo el país y garantizar que se escuchen las voces de los inquilinos», ha advertido el ministro, según detalles revelados este domingo por el Gobierno. Gareth Swarbrick, el director de la asociación de vivienda Rochdale Boroughwide Housing, responsable del piso en que vivía el menor cerca de Manchester, fue cesado el sábado, después de comprobarse que la entidad no atendió las quejas de la familia de inmigrantes sudaneses sobre la enorme humedad.

Los parientes del pequeño han denunciado que la asociación y otras instituciones demostraron «racismo» al ignorarles y no hacer las reparaciones necesarias en el apartamento, que en las fotos difundidas por la prensa aparece totalmente cubierto de moho. Durante el proceso judicial forense se supo que el padre, Faisal Abdullah, llegó al Reino Unido desde Sudán como solicitante de asilo en el 2016 y se le sumó en el 2017 su esposa, Aisha Amin. Aunque ambos hablaban poco inglés, comunicaron ese año a los gestores del piso semipúblico el asunto del moho, a lo que estos les recomendaron que «pintaran» las paredes. Awaab nació prematuramente, pero bien de salud, el 13 de diciembre del 2018.

En junio del 2020, la familia inició un reclamación legal sobre la cuestión, pero aún no se había resuelto cuando el niño murió por problemas respiratorios graves el siguiente 21 de diciembre. El pasado martes, la jueza Joanne Kearsley acusó a la asociación de vivienda de Rochdale de no haber sido «proactiva» y se preguntó: «¿Cómo es posible que en el 2020 en el Reino Unido un niño de dos años muriera como resultado de su exposición al moho?».

Los padres de Awaab le llevaron al médico en numerosas ocasiones por resfriados y dificultades para respirar, que eventualmente llevaron a su muerte por paro cardíaco cuando era trasladado de urgencia al hospital, pocos días después de cumplir dos años. La autopsia reveló que el niño tenía inflamación de la garganta y las vías respiratorias y se detectó la presencia en su sangre de un hongo. La conclusión es que su fallecimiento fue resultado de su exposición al moho, un problema que aún sufren muchos inquilinos que residen en vivienda pública o semipública, en general personas de bajos ingresos.

«No podemos decirles ante cuántos profesionales de la salud hemos llorado y al personal de RBH al que le hemos suplicado, expresando preocupación por las condiciones en las que Awaab y nosotros mismos hemos estado viviendo», señaló la familia por medio de su abogada, según informa la cadena BBC. «No tenemos ninguna duda de que nos trataron de esta manera porque no somos de este país y somos menos conscientes de cómo funcionan los sistemas en el Reino Unido», añadieron.

El peligro del moho

El moho, como ha ocurrido en este caso, puede ocasionar graves problemas de salud, ya que emite esporas que son muy peligrosas para bebés, mayores y personas con alergias y pacientes con problemas respiratorios. La Organización Mundial de la Salud lo considera un factor importante en la contaminación del aire en lugares cerrados y una causa nada desdeñable de patologías y fallecimientos en el planeta.