04 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.
Una noche de 1996, cuando Svante Pääbo ya estaba metido en la cama, su teléfono empezó a sonar. Al otro lado, una voz gritaba «¡No es humano!». «¡Ahora mismo voy!», contestó Pääbo, mientras se ponía
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