El «Wagatha Christie», el juicio británico que se ha convertido en un «teleculebrón»

juan francisco alonso LONDRES / E. LA VOZ

SOCIEDAD

Dos esposas de futbolistas ingleses protagonizan un mediático litigio por filtrar a la prensa historias personales de Instagram

22 may 2022 . Actualizado a las 11:12 h.

A quienes el mediático juicio entre el actor estadounidense Johnny Depp y su exesposa, la también actriz, Amber Heard, les parece algo ya visto, no tienen que preocuparse, porque ya tienen una alternativa más original. Estos días en el Tribunal Superior de Londres se está desarrollando otra guerra judicial que tiene como protagonistas a las esposas de los astros del fútbol, donde se mezclan la rivalidad, la traición, las ansias de fama y las nuevas tecnologías. El bautizado por la prensa sensacionalista como el Wagatha Christie enfrenta a Coleen Rooney (36 años), esposa del excapitán de la selección inglesa Wayne Rooney; y a Rebekah Vardy (40 años), quien está casada con el jugador del Leicester City, Jamie Vardy.

La guerra judicial entre las Wags (término inglés para definir a las esposas o novias de los deportistas) estalló en 2019, cuando Rooney acusó a Vardy de filtrar información de su cuenta de Instagram a los tabloides, a cambio presumiblemente de dinero. Pero Vardy negó la acusación y contraatacó con una demanda por difamación en la que pide tres millones de euros como reparación por los «daños sufridos».

¿Pero por qué Rooney acusó a Vardy y, sobre todo, con qué pruebas? La primera sospechaba que la segunda filtraba a la prensa sus historias de Instagram. Para comprobarlo redujo el número de personas que podían ver sus publicaciones y dejó solo a Vardy. Acto seguido publicó que su casa se había inundado, algo que no había ocurrido en realidad. La falsa historia terminó apareciendo en las páginas del diario The Sun, como otras anteriores que sí eran reales; y ahí Rooney se lanzó públicamente contra Vardy. Por estas dotes policiales, casi salidas de uno de los libros de la afamada escritora Agatha Christie; y por su condición de Wag, los medios amarillistas acuñaron el término con el que se conoce el caso en las calles.

Desde el estrado Rooney afirmó al tribunal que creía que Vardy había actuado por envidia y porque tiene «hambre de fama». Por su parte, Vardy ha negado los señalamientos desde un principio y ha asegurado que otras personas tenían acceso a su cuenta, entre ellas su agente Caroline Watt. Precisamente Watt habría admitido, a través de un mensaje de Whatsapp, ser la informante.

Como ya ha ocurrido con el caso Depp vs Heard, parte de la prensa, y sobre todo de las redes sociales, han estado más atentos a los atuendos de las protagonistas del duelo, en especial a quién los diseñó y cuánto es su valor, que al pleito en sí. Esto pese a que esta batalla judicial podría tener serias repercusiones, como advirtió el periodista especializado en temas de medios, Jim Waterson.

En un artículo en el diario The Guardian, el comunicador alertó que el Wagatha Christie podría sentar un precedente y abrir las puertas a que la estricta legislación británica sobre difamación se le aplique a nivel individual a cualquier usuario de una red social como si se tratara de un editor de una gran corporación mediática.