Así es el mapa festivo gallego ante un verano más prometedor

SOCIEDAD

Martina Miser

La Xunta estudia celebrar ya en julio conciertos con hasta 10.000 personas

10 may 2021 . Actualizado a las 15:24 h.

Galicia es una ración, se lee en una de estas camisetas donde la barriga se tapa con orgullo patrio. No se engaña. Galicia es una ración, una fiesta con patas o un festival hecho pueblo. Esa era la realidad hasta que llegó el covid. El año pasado, el mapa festivo quedó casi desierto por la pandemia y aunque hubo sucedáneos, fueron pocos. ¿Nos enfrentamos a un estío igual? Aparentemente, no. Todo está en el aire y depende sobre todo de la evolución epidemiológica y la vacunación, pero ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, avanzó que el Gobierno gallego trabaja con la expectativa de poder celebrar ya en julio en o agosto conciertos en el Monte do Gozo, en Santiago, con público sentado y un aforo de entre «5.000 o 7.000 personas, e incluso hasta 10.000». Recordó el mandatario que es este un recinto al aire libre con capacidad de hasta 40.000 personas y subrayó que, si las previsiones se cumplen, ya estaría vacunada la mitad de la población.

La foto actual del verano es, en cuanto a fiestas, relativamente optimista. O, al menos, esperanzadora. Que nadie espere comer a esgalla bajo carpa y a codazos con el vecino mientras suenan las gaitas. Pero un año de experiencia ha valido para que los organizadores de muchas citas ya se hayan puesto manos a la obra para adaptarlas a la era covid.

Los festejos más inminentes

Mayo y junio son ya meses que, tradicionalmente, ya tiene una carga festiva importante. Una cita marcada en rojo es la Ascensión de Santiago, que arranca el 13 de mayo. Se sabe ya que no será como siempre, y el mayor símbolo de ello es que no se instalará la noria ni ninguna de las atracciones de la Alameda. Pero sí se esperan conciertos en formato pequeño. Junio arrancará con la celebración de una fiesta de interés turístico internacional en Galicia, las alfombras florales de Ponteareas. Sus organizadores todavía no tienen decidido el formato, saben que los mantos florales gigantescos de antaño no tienen cabida, pero se plantean confeccionar alfombras en distintas calles y hacerlas de madrugada solo para evitar aglomeraciones. Otra de las fiestas fetiches de junio es el San Xoán, con A Coruña como gran exponente. La alcaldesa dejó claro que no se permitirán hogueras en las playas, pero no cerró la puerta a una programación alternativa. Otra cita grande en junio es el Arde Lucus, que varió de fechas y que posiblemente repita el guion del año anterior, con muchas actividades telemáticas.

Los festivales de música

Al menos tres grandes se han caído ya del mapa: el Resurrecion Fest de Viveiro, el Festival Internacional do Mundo Celta de Ortigueira y el Portamérica de Caldas -cuya organización planea, pasado el verano, hacer una jornada que aúne música y cultura-. Falta saber qué ocurre con otras citas mayúsculas como el Son do Camiño -la Xunta decidirá en dos semanas si se celebra o no- o con el Festival do Noroeste coruñés. Entre los que ya anunciaron que sí se mantienen están el Festival da Ribeira Sacra, el Vive Nigrán, el Pardiñas de Guitiriz o el Sonrías de Bueu. El Atlantic Fest de A Illa, otro clásico, es probable que tenga una versión corta con conciertos con reserva. Raquel Seijo, presidente de la Asociación de Festivales de Galicia cuenta cómo ve la situación: «Hay muchas ganas de hacer cosas, le hemos trasladado a la Xunta nuestra propuesta sobre aforos y demás y esperamos respuesta. Somos un sector con una ventaja, ya que siempre controlamos los accesos y los aforos».

Las fiestas gastronómicas

Son el pan y la sal del verano en Galicia. Y de momento son pocas las que se han caído del calendario. Ni siquiera tiran la toalla los organizadores de citas que tenían que planificarse en pleno invierno, como el caso de la Feira do Cocido de Lalín, que ahora pretenden llevar al otoño. Se les busca hueco en el verano a las distintas fiestas del vino que no se pudieron realizar esta primavera. Y, en cuanto al aluvión de enchentes veraniegas, todas tienen un interrogante encima. Es probable que, de hacerse, tengan que variar el formato. Algunos concellos se juegan mucho en términos económicos con ellas, como O Grove con su emblemática Festa do Marisco, de la que el alcalde señaló que, o se empieza a preparar en mayo, o luego será difícil sacarla adelante.

Las verbenas

Son las que, a priori, lo tienen más difícil por su carácter abierto y que invita a bailar sin distancia. Pero no se descarta que también puedan adaptarse al formato covid. Así lo indica Manuel Fariña, de la Asociación Galega de Orquestas, que es claro al respecto: «Nós queremos traballar, como sexa, pero traballar. E se hai que adaptarse e facer verbenas propias de pandemia, con restricións antes impensables, pois estamos dispostos». Dice que la contratación de orquestas a estas alturas es casi inexistente. Pero se niega a dar el verano por perdido.