«Una mascarilla higiénica bien ajustada puede ser mejor que una FFP2 mal llevada»

redacción LA VOZ

SOCIEDAD

Eduardo Parra

Los expertos recuerdan que las FFP2 tienen más protección contra los aerosoles, pero creen que su uso obligatorio podría ser contraproducente

09 feb 2021 . Actualizado a las 09:24 h.

La polémica sobre la posibilidad de que las mascarillas FFP2 sean obligatorias en lugares como el transporte público o algunos establecimientos comerciales ha provocado reacciones de diferentes tipos. Ayer mismo el ministro de Consumo, Alberto Garzón, aseguraba que no hay evidencias de que estas protejan más que las de otros tipos, como las quirúrgicas.

Los expertos, sin embargo, no están de acuerdo. Las FFP2 sí protegen más, pero depende de como se usen. Francisco Caamaño, experto en Medicina Preventiva, explica que «la mascarilla quirúrgica o la higiénica protegen de la gota pero no del aerosol». Entiende que en ciertos contextos y para ciertas personas sí que sería recomendable su uso (en ambientes muy cerrados, en un autobús o en el metro, en lugares muy concurridos...), pero reconoce que «sería absurdo que toda la gente fuera con FFP2 por la calle». «La clave de todo es usar la mascarilla bien -argumenta-, porque de poco vale una FFP2 si me la saco, me la pongo, meto el dedo o la levanto». A su juicio, la obligatoriedad puede ser contraproducente: «Si le mando a la gente usar esa mascarilla de forma obligatoria dirán ‘¡uy, esto es carísimo, pues me compro una para toda la semana!».

Para Caamaño no hay una evidencia que diga que se deba hacer su uso obligatorio en el metro o en los hospitales para acompañar a los pacientes, por ejemplo. La clave es usarla y cambiársela con la frecuencia recomendada (ocho horas para las FFP2). Otro de los problemas añadidos para este experto es que las personas, al sentirse con un cierto grado de seguridad, «tendemos a modificar nuestro comportamiento». «Puede pasar que la gente baje la guardia y diga, ¡genial!, estoy más protegido y ya no pasa nada si hay aglomeraciones».

Por su parte, la investigadora María Cruz Minguillón coincide con este experto e insiste en que lo importante es colocar bien la protección. «Si llevamos una higiénica muy bien ajustada el resultado final puede ser mejor que una FFP2 mal llevada». Aunque reconoce que «si las dos se llevan bien, la segunda es mejor». Es decir, que más allá del buen o mal uso que se haga de ellas, «las mascarillas FFP2 están diseñadas para proteger a la persona que las lleva y si se usan bien protegen mucho».

Pero hay que prestarle mucha atención al ajuste, porque un hueco muy pequeño, de un 2 %, implica una reducción de hasta un 50 % en la eficiencia. La conveniencia de hacerlas obligatorias para Minguillón «depende de la situación, de la incidencia de la zona, del tiempo que uno vaya a estar en ese transporte público...». Para esta experta, este tipo de protección es adecuada para alguien que esté muchas horas en una tienda o en un sitio por dónde pase mucha gente.

«El riesgo cero no existe —explica—. Cuantas más medidas de protección y más eficaces sean mejor. Con la mascarilla es lo mismo: si a llevas ajustada, mejor; si la llevas con mejor capacidad, mejor; y si nos mantenemos en silencio reducimos emisión, pues también mucho mejor.