Galicia acogerá en el 2022 una prueba pionera de un servicio de taxi aéreo

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La Unión Europea ha seleccionado solo cuatro ciudades del continente para esta histórica demostración, entre ellas, Santiago

02 ago 2021 . Actualizado a las 18:46 h.

En la segunda parte de la trilogía de Regreso al futuro Marty McFly y Doc Emmett Brown viajan en el tiempo hasta el año 2015. Cuando se estrenó el largometraje, en 1989, la tecnología avanzaba tanto y tan deprisa, que la visión del mundo de mediados de la segunda década del siglo XXI incluía vehículos aéreos. Esta obra maestra de la ciencia-ficción falló en su predicción, pero el sueño de los coches voladores está un poco más cerca de convertirse en una realidad. «Actualmente existen diferentes programas para modernizar la movilidad, tanto a nivel europeo como mundial. El objetivo pasa por buscar nuevas formas de transporte que permitan descongestionar el tráfico y hacer ciudades más sostenibles», explica Analía López Fidalgo, directora de la división de Sistemas Aéreos No Tripulados del Instituto Tecnológico de Galicia (ITG).

Uno de los proyectos que lidera la Unión Europea y que pretende trasladar los coches del asfalto al cielo se llama AMU-LED. «Se trata de habilitar el cielo de las ciudades para poder realizar operaciones como el transporte de pasajeros, mercancías, emergencias y también servicios de vigilancia, entre otros muchos», apunta López Fidalgo. Esta ambiciosa iniciativa de movilidad inteligente que apunta a las nubes contempla la realización para el año 2022 de una de las mayores demostraciones de servicios de con vehículos aéreos en un entorno urbano. «Lo que se pretende es realizar pruebas reales y controladas en ciudades que nos permitan sacar conclusiones sobre cómo se debe desarrollar esta tecnología para que evolucione rápidamente», subraya.

La Comisión Europea ha elegido cuatro entornos urbanos: Santiago de Compostela, Cranfield en el Reino Unido y Ámsterdam y Róterdam en Países Bajos. El ITG será la institución gallega encargada de diseñar, liderar y coordinar las demostraciones con tráfico real previstas en la capital para septiembre del 2022. «Estamos trabajando con 17 compañías europeas, algunas de ellas con sede en Estados Unidos y China, para preparar esa demostración dentro de dos años. La idea es poner en el cielo de Santiago un servicio de taxi usando un dron aéreo diseñado para llevar a una persona a bordo, pero también otros aparatos con misiones diferentes como, por ejemplo, mover mercancías o realizar servicios de emergencia, colaborando con el 061», explica la investigadora.

Todo esto puede sonar a ciencia-ficción o parecernos imposible de materializar en tan poco tiempo. Sin embargo, los transportes aéreos con drones ya existen en Asia. «El director de la empresa de China con la que trabajamos utiliza uno de estos taxis aéreos para desplazarse desde su casa al trabajo. Nosotros conocemos la tecnología, pero en Europa los avances para tener disponible nuestra propio modelo van más lentos. Antes debemos atar asuntos tan importantes como la seguridad», asegura.

Los tecnólogos creen que una vez se supere la fase burocrática, los progresos en el campo de la movilidad inteligente darán pasos de gigante en un plazo de entre cinco y diez años. «Lo que tenemos entre manos no tiene nada de ficción. En el 2022 un taxi volará sobre el cielo de Santiago. Debemos interiorizar que esto es posible», reconoce.

De hecho, las expectativas que maneja la industria ahora mismo convierte el hecho histórico de ver cómo un vehículo aéreo transporta a un gallego por el cielo santiagués en una anécdota. «Algunos estudios estiman que en el 2035 unos veinte mil drones volarán cada hora por encima de una ciudad como París. Evidentemente el desafío reside en diseñar entornos lo suficientemente seguros, como ocurre ahora con la aviación tripulada. Es decir, no se trata solo de que el dron pueda volar, sino de que existan unas vías aéreas y sistemas de control», concluye López.