La BBC ya lo mostró: «Sorprende ver lo cerca que están ahora algunos animales de nosotros»

SOCIEDAD

Un mono langur en la ciudad india de Jaipur
Un mono langur en la ciudad india de Jaipur BBC Earth

La serie Planeta Tierra 2 ya enseñó en uno de sus capítulos la invasión de animales salvajes a los espacios urbanos

29 dic 2020 . Actualizado a las 17:08 h.

Los seres humanos somos expertos en eludir responsabilidades. Y en la crisis del coronavirus lo estamos haciendo otra vez. Afortunadamente la ciencia puede indicarnos hacia dónde debe apunta el dedo acusador. El virus que tiene confinada a la mitad de la población mundial no es ningún castigo divino o producto de una conspiración. Desde una perspectiva histórica se puede considerar incluso como algo natural. «Las enfermedades infecciosas como la malaria, la fiebre tifoidea, la tuberculosis o la meningitis no aparecen en el registro fósil hasta hace 50.000 años, cuando se produce una explosión demográfica importante. Al final una enfermedad para propagarse necesita vehículos, y eso es lo que somos nosotros. Lo que estamos viendo es la otra cara de la moneda de nuestra éxito demográfico», sostiene María Martinón directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana.

Claro que el ser humano ha decidido tomar un camino evolutivo por el cual ha ido distanciándose del entorno natural y erosionando de tal forma la biodiversidad que ha conseguido crear su propia edad geológica: el Antropoceno. El ser humano actual asiste al primer calentamiento global que no tiene un origen natural mientras se confina en grandes espacios urbanos y vive de espaldas a la naturaleza. La relación entre los humanos y los animales ha cambiando y, en consecuencia, también con los virus. Ejemplos hay muchos, como el ébola. «Los mayores brotes desde el 2006 se han asociado a deforestación y fragmentación de bosques. Cuando el bosque se va destruyendo aumenta el contacto entre personas y animales que pueden portar el virus, por ejemplo murciélagos. Por un lado el bosque se hace más accesible y se usa para obtener recursos como la madera o para cazar animales. Y por otro lado los animales también tienen que adaptarse a los nuevos cambios del bosque y cambian sus áreas de distribución o se acercan más a zonas habitadas para sobrevivir o para moverse a otro bosque», apunta María Jose Ruiz López, investigadora en la Estación Biológica de Doñana del CSIC.

En el 2016 la BBC estrenó Planeta Tierra 2, cuyo impulsor y presentador no podía ser otro que sir David Attenborough. El naturalista inglés quería aprovechar las nuevas tecnologías para emitir una segunda temporada de la mítica serie que había entusiasmado una década antes. Pero en esta ocasión Attenborough no solo pretendía mostrar la belleza del mundo natural, sino también el daño que está sufriendo.

El último capítulo está dedicado a las ciudades al las que se refiere como «el hábitat más novedoso de la Tierra». «Nos inspiró para grabar este episodio la forma extraordinaria en que algunos animales pueden adaptarse y explotar viviendo junto a la humanidad gracias a la concentración increíblemente intensa de recursos. Esta es la primera vez que un hito de Historia Natural incluye un programa sobre la vida silvestre urbana. Si bien el programa analiza los problemas que enfrenta la vida silvestre en un mundo cada vez más urbanizado, en su mayor parte es una mirada fascinante a aquellos animales que han encontrado formas increíbles de enfrentar los desafíos de sobrevivir en el entorno urbano. Hace cien años, el 2 % de la población mundial vivía en ciudades, y ahora supera el 50 %. Muchas personas en este entorno se están divorciando cada vez más de la naturaleza y queríamos recordarle a la gente que la naturaleza todavía está cerca de la ciudad si sabes dónde mirar», confiesa Mike Gunton, director de la Unidad de Historia Natural de la BBC.

El capítulo de la serie que cosechó un éxito de audiencia sin precedentes en el género documental retrata como especies, como los monos langures se han integrado perfectamente en algunas urbes de la India. «Lo más sorprendente fue comprobar lo bien que les va a algunos animales en un entorno urbano y lo cerca que viven de nosotros. En Mumbai hay leopardos que cazan de noche, justo en la ciudad, que tiene más de 20 millones de personas. Para filmar a los leopardos por la noche, el equipo tuvo que usar una cámara térmica de grado militar para espiarlos», explica Gunton.

El equipo responsable de esta obra maestra producida por la cadena británica estuvo cuatro años grabando animales por todo el planeta. Una experiencia de la que extraen la siguiente conclusión. «Todos los involucrados en hacer Planeta Tierra II hemos sido testigos del cambio fundamental que enfrenta el medio ambiente y los animales que luchan por sobrevivir dentro de él», asegura Gunton.