El carnaval del confinamiento

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

SOCIEDAD

Cedido

Vecinos de la calle Burgas, en A Valenzá, celebran desde fiestas de disfraces hasta su propio «Tu cara me suena»

25 mar 2020 . Actualizado a las 12:52 h.

Aunque hace poco menos de un mes que despedimos el entroido ourensano, cualquier momento es bueno para rememorar una de las fiestas más propias de la provincia, sobre todo, si es capaz de sacar una sonrisa a los más pequeños. Eso es lo que han tenido en cuenta los vecinos de la rúa Burgas, en A Valenzá, cuando la pequeña Hella planteó que sería divertido organizar una fiesta de disfraces. «La verdad es que los vecinos de este portal teníamos buena relación desde antes del confinamiento, ya que incluso estamos en un grupo de Whatsapp. La idea surgió ahí, la propuso una de las peques del edificio y a todos nos pareció fenomenal», afirma Isabel Álvarez, una de las vecinas que no dudó en vestirse para la ocasión con su ropa más variopinta. La fiesta tuvo tan buena participación que la repiten cada pocos días. La primera vez, Isabel se disfrazó de limpiadora y su novio, Cristian Outomuro, de panadero -trabajo que desempeña realmente-: «Fue nuestra forma de homenajear a esos profesionales que tienen que seguir trabajando duro en estos momentos». La segunda, ella rindió tributo a los militares.

En el edificio estuvieron Mickey Mouse, unos animales de peluche gigantes, princesas y también hubo quienes se hicieron sus propios disfraces con ropa de andar por casa. «En este bloque hay tantos niños que cualquier iniciativa es buena para entretenerlos. Nos tenemos mucho cariño los unos a los otros y por eso estamos intentado superar esta cuarentena juntos, apoyándonos y alegrándonos las tardes», explica Isabel. Este carnaval improvisado cuajó entre la comunidad, tanto, que ahora hasta se han lanzado a imitar a cantantes, al más puro estilo Tú cara me suena. «Nos lo pasamos de maravilla porque nos reímos un montón, cosa que hace mucha falta. Cada día, desde las 16.00 horas, estamos en la ventana, charlando, y construyendo estas ideas locas para divertirnos», termina. Está claro que estas pequeñas fiestas en común gustan a niños y a mayores por igual.