El núcleo duro de los Windsor decide hoy el futuro de Harry y Meghan

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Isabel II ha convocado una reunión para definir el nuevo papel de los duques de Sussex tras su decisión de «independizarse» de la familia real

13 ene 2020 . Actualizado a las 17:57 h.

Sandringham, la residencia de la reina de Inglaterra en Norfolk, a 180 kilómetros del palacio de Buckingham, es el lugar elegido para una reunión que definirá las bases de una nueva monarquía británica. La decisión de los duques de Sussex de dar «un paso atrás» como miembros destacados de la realeza y trabajar para ser «económicamente independientes» ha vuelto a remover los cimientos de una institución marcada por las decisiones personales de los hijos, nietos y demás partes de un árbol genealógico repleto de notas discordantes. Isabel II, a sus 93 años, está acostumbrada a lidiar con todo tipo de escándalos y problemas. Esta vez, el anuncio del que sigue siendo sexto en la línea de sucesión al trono, la pilló por sorpresa y la noticia cayó como un jarro de agua fría en palacio. Quizás por eso, y habida cuenta de la gran repercusión que está teniendo el tema dentro y fuera de las fronteras de su reinado, la monarca quiere zanjar el asunto cuanto antes.

Hoy se verán las caras, por primera vez después del comunicado publicado por Harry y Meghan el pasado miércoles, el propio príncipe Enrique, su padre, Carlos de Inglaterra, su hermano mayor, Guillermo, y su abuela, la reina Isabel II. La otra protagonista de esta historia, Meghan Markle, participará en el encuentro vía telefónica, según han confirmado fuentes de Buckingham a varios medios británicos. La duquesa volvió a Canadá tan solo 24 horas después de que la pareja publicara su explosiva declaración de intenciones en su cuenta de Instagram e inaugurara su nueva web. Allí se había quedado Archie, de ocho meses, al cuidado de la niñera y de una de las mejores amigas de Meghan, la estilista Jessica Mulroney (casada, por cierto, con el hijo del ex primer ministro canadiense Brian Mulroney).

CHRIS RADBURN | REUTERS

El núcleo duro de los Windsor no estará solo en la reunión de Sandringham. Los asesores de cada uno de los miembros de la familia estarán presentes, también una secretaria que tomará nota de todo.

Un acuerdo financiero

Cuánto dinero del príncipe Carlos recibirán Harry y Meghan Markle, qué acuerdos comerciales pueden llevar a cabo, quién se hará cargo de su seguridad, qué títulos seguirán manteniendo y un largo etcétera de cuestiones están sobre la mesa. No en vano, la fórmula para ser financieramente independientes evitando los choques de intereses no será fácil. La pareja recibe el 5 % de sus ingresos de la subvención soberana, a esto es a lo que, en un principio, renunciarían. Pero queda el montante que proviene de los fondos del ducado de Cornualles, la amplia cartera de propiedades e inversiones del príncipe Carlos. A través de esa última vía, Enrique y Meghan recibieron en el ejercicio 2018-2019 unos 5 millones de libras (5,87 millones de euros), según The Guardian. El heredero al trono no parece estar dispuesto a extender un cheque en blanco. Además, la reina quiere poner límites a lo que los duques de Sussex pueden hacer con su nuevo papel como miembros «híbridos» de la monarquía pero, sobre todo, a lo que no podrán hacer para ganarse la vida. Habrá que ver también qué papel jugará el nuevo país de residencia del matrimonio. Vivirán a caballo entre el Reino Unido y Norteamérica. Todo indica que Canadá será el lugar elegido. Allí han pasado parte de su retiro estas últimas semanas y los medios ya especulan sobre el posible nombramiento del príncipe Enrique como gobernador general.

Según la prensa, podría ser que de la cumbre de este lunes entre los principales miembros de la Firma, como se conoce a la Casa Real británica por su funcionamiento empresarial, no surgiera un acuerdo definitivo y que las conversaciones duren varios días.

Por otra parte, el periodista Tom Bradby, amigo de Enrique, indicó ayer en un artículo en The Sunday Times que si la pareja no logra la libertad que reclama, podría ofrecer una entrevista televisiva que sería potencialmente dañina para la monarquía.

En 1995, la princesa Diana, madre de Guillermo y Enrique y fallecida en una accidente de coche en 1997, sentó un precedente al conceder una sonada entrevista a la BBC en la que abordó su ruptura con el príncipe Carlos y detalló las relaciones extramatrimoniales de ambos y su infelicidad.

El distanciamiento entre hermanos

Mientras tanto, los cimientos de las relaciones personales de la familia también se tambalean. Los hijos de la Lady Di no pasan por su mejor momento como hermanos. El periódico The Times señala que el príncipe William, segundo en la línea sucesoria al trono, ha expresado su «tristeza» por el hecho de que la familia real ya no es un «equipo».

Según este periódico, William le ha dicho a un amigo cercano: «He rodeado a mi hermano con el brazo durante todas nuestras vidas, pero ya no puedo hacerlo más, somos dos entidades separadas».

Noticia falsa

 

Los príncipes Guillermo y Enrique han condenado el lenguaje «ofensivo» y «potencialmente dañino» usado en una noticia publicada este lunes en el Reino Unido sobre su presunta mala relación, que han calificado de «falsa» en un comunicado.

La nota declara que, «pese a los claros desmentidos» por parte de palacio, un periódico británico ha publicado hoy «una noticia falsa en la que se especula sobre la relación entre el duque de Sussex y el duque de Cambridge».

«Para hermanos a los que preocupan tan profundamente los asuntos relacionados con la salud mental (que defienden en sus campañas), el uso de ese tipo de lenguaje incendiario es ofensivo y potencialmente dañino», dice.

Aunque no nombran al periódico, The Times publica hoy una noticia en la que afirma que Enrique y Meghan, duques de Sussex, consideran que fueron marginados de la Casa Real por la actitud «acosadora» de Guillermo, segundo en la línea de sucesión.

En el artículo, que reconoce que esta idea ha sido desmentida por fuentes cercanas a los hermanos, se argumenta que los Sussex desean distanciarse de la monarquía porque han pasado dos años en que se les ha recordado en todo momento «cuál era su lugar».