De hecho, se calcula que la demanda interna solo en China alcanza las 600 toneladas y el negocio maneja unos 1.600 millones de euros.
En cuanto a legislación, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) limita las exportaciones de caballitos a aquellos países cuya captura es sostenible y se lleva a cabo dentro de los marcos legales. De hecho, esta especia fue el primer pez marino para el que se creó una regulación, principalmente gracias al trabajo realizado por el equipo Project Seahorse del Instituto de Océanos y Pesca de la UBC.