Lo que supone, y cuesta, un perro

Mila Méndez Otero
mila méndez A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

MARCOS MÍGUEZ

El Gobierno reactiva la campaña sobre la tenencia responsable, con hincapié en la manutención

30 may 2019 . Actualizado a las 12:48 h.

La familia de Mónica Cubeiro tiene seis integrantes. Están ella, sus dos schnauzer, Chloé y Bora, de diez y siete años; dos caniches gigantes, Gizah y Dubai, de uno y un dos años, y un gato adoptado, Atiles. Hace tres meses eran uno más. Superar la pérdida de Noël fue uno de los tragos más duros. «Salvando las distancias, es como tener un hijo. Tienes un ser vivo contigo. No puedes decir: ‘Ahora me canso y lo dejo’», explica Mónica. Meditó mucho la llegada del primero, Noël, hace doce años. «Consulté a veterinarios y peluqueros caninos y tuve muchas conversaciones con la familia que lo crio», añade. Es la falta de la concienciación que ella prodiga la que preocupa a los responsables de protectoras (en el 2017 se abandonaron más de 138.000 perros en toda España), y también al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que ha relanzado en sus redes sociales la campaña sobre la tenencia responsable de animales.

Coincidiendo con una de las épocas más críticas en cuanto a abandonos -en verano se suelen producir repuntes aunque las mayores cifras se registran tras el fin de las temporadas de caza-, Agricultura recuerda que un gato sano supone un coste medio anual en manutención de 500 euros y un perro, también sano, unos 800. Esto, sin incluir, advierten, «cirugías, residencias caninas en vacaciones, adiestramientos o seguros, obligatorios en algunas razas», apostillan, y por tanto, otro gasto fijo. «Estas cantidades dependen mucho del tamaño del animal. No es igual la alimentación de un perro de tres kilos que la de uno de 80. Mis caniches comen 400 gramos de pienso diarios, los schnauzer, 100. Lo mismo sucede con el veterinario. Cuanto más grande es la mascota, los tratamientos suelen ser más caros», detalla Cubeiro. «Y no digamos si necesitan peluquero o enferman. Una amiga tuvo que vender su coche para poder pagar la operación del perro», cuenta esta coruñesa.

Protectoras saturadas

A pesar de que los datos muestran una ligera mejora, -en el 2008 se rescataron 156.858 animales, casi 20.000 más que hace un año-, las protectoras están saturadas. «Este verano es mortal. Llevamos recogidos cien perros y gatos. Es terrible, pero tenemos lista de espera. No podemos ir en el auxilio de todos los que aparecen porque no hay sitio para más», lamenta Beatriz Marín, la responsable del refugio de Coirós Gatocán.

En Francia, la fundación 30 Millions d’Amis ha lanzado una de sus campañas más duras contra el abandono. «Ya no es solo el gasto económico, que te priva de otras cosas, es el tiempo que les tienes que dedicar. Es adaptar tu vida a un nuevo miembro de la familia. Hay comunidades de vecinos que prohíben tenerlos, también la mayoría de los contratos de alquiler. Y es muy complicado encontrar un hotel donde te dejen entrar con ellos», cuenta Mónica. En el que quedamos para la entrevista, el NH Coruña Centro, es uno de los pocos que no ponen límites por tamaño.

«No son un muñeco», subraya Cubeiro, técnica en intervenciones asistidas con animales. «Al tener familia numerosa, me hacen precio en muchos servicios», admite. Una mascota supone pagar consultas, vacunas y desparasitaciones periódicas. Castraciones o medicamentos puntuales si los requiere. «Es un estilo de vida que tiene un coste», destaca. «Tengo mi educador canino de referencia, como quien tiene médico de cabecera», confiesa.

Holanda se ha convertido en uno de los países modélicos al reducir a cero los perros callejeros a base de sanciones. «Se debería ayudar más a saber convivir y, después, exigir», opina Cubeiro. No olvida una frase. La que le dijo la familia de la que vino su primer perro. «Los animales no entienden de decoración, solo de cariño», concluye.