Suecia bautiza a la princesa Adrienne

Martín Bastos

SOCIEDAD

EFE | Jonas Ekstromer

Es la tercera hija de Magdalena de Suecia y Chris O?Neil

09 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Decía el otro día un titular que reflejaba la locura meteorológica de esta primavera que en los países nórdicos está haciendo en junio mejor tiempo que aquí. A mí, que este tiempo gris está ya empezando a afectarme a la cabeza, me da envidia (ya poco sana) la soleada foto de familia del bautizo de la princesa Adrienne, la tercera hija de Magdalena de Suecia y Chris O’Neil en la isla de Lovön. La primavera en todo su esplendor. Incluso en la cabeza de la madre de la criatura brotaron las flores, en un tocado que muchos criticarán pero yo, que tengo también cierta tendencia al disfraz, defiendo a capa y espada. Algo más inquietante es el broche que adornaba su solapa, con una foto antigua de su padre que parece recuperada de un rastro. Cosas de la tradición, supongo.

Pues no se sabe si por el sol, pero lo cierto es que la anécdota de la jornada la protagonizó un guardia de honor que sufrió un desvanecimiento mientras formaba en el exterior de la iglesia. Nada serio, por suerte. Me llamó la atención también que una de las oficiantes era arzobispa, Antje Jackelén, que parece que se encarga últimamente de todos los bautizos de la familia real. Dicen que la mujer estaba nerviosa porque no le gustan las cámaras y la ceremonia se retransmitió en directo por la cadena estatal.

Aparte de la anécdota de las flores, los trajes de Victoria y su cuñada, Sofía, no me acabaron de convencer, aunque los tocados tenían un pase. Del marido de Magdalena casi mejor no comento nada, porque una imagen vale más que mil palabras. Los que siempre me han encantado son los reyes Carlos Gustavo y Silvia, tan discretos y serenos que parece que en su vida se han peleado.

La princesita iba vestida con el clásico faldón de cristianar de los Bernadotte, que estrenó el príncipe Gustavo Adolfo cuando se bautizó, en 1906. No seé si se gustará de mayor cuando se vea en las fotos, pero al menos no se podrá quejar de padrinos, porque una de las novedades de la ceremonia fue no elegir para este cargo a nadie de la familia real, sino a nada menos que cinco amigos y la sobrina mayor de Chris, Anouska d’Abo. Como en toda celebración familiar, han sido los niños los que han dado la nota. Aunque Estelle, la hija mayor de Victoria, no estaba en la iglesia porque estaba algo pachucha. Su prima Leonore ya tuvo a los invitados entretenidos con una pataleta en la que se sacó los zapatos, se tiró en la alfombra y se negó a calzarse, incluso para salir de la capilla.