José Edelstein: «Es un crimen que las ideas de Albert Einstein no las disfruten todos»

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El libro de este profesor de física, escrito junto a Andrés Gomberoff, compuesto por 23 ensayos, trata de acercar la figura del genio al público

18 ene 2018 . Actualizado a las 09:59 h.

Da clases de Física teórica en la Universidad de Santiago, donde reside desde hace 13 años, pero José Edelstein (Buenos Aires, 1968) es también un gran divulgador científico, coautor junto al chileno Andrés Gomberoff de Antimateria, magia y poesía. Ahora ambos publican Einstein para perplejos (Debate).

-¿Cuál es el objetivo del libro?

-Transmitir la pasión que sentimos por Einstein, que nos deslumbra y emociona. Leer su obra nos provoca lo mismo que produce escuchar una sonata de Mozart o un concierto de Beethoven. Sabemos de la dificultad del lenguaje en el que está escrita, pero la mayor parte de sus ideas pueden ser explicadas con palabras, que es lo que intentamos en el libro. También nos deslumbra su figura como persona con convicciones muy profundas, que nunca aceptó el argumento de autoridad como un valor, que fue contrario a las divisiones entre seres humanos y a toda idea nacional, que creía en la bondad del ser humano y era consciente de que somos una roca que navega por el espacio. Es un crimen de lesa humanidad que las ideas de Einstein no sean disfrutadas por todo el mundo.

-¿Es un libro para profanos o se requieren conocimientos científicos para leerlo?

-Es para todo el mundo. Hay un prejuicio muy grande con la ciencia, pero al que compre el libro, lo lea y diga que no lo entendió, yo le devuelvo el dinero. Al mismo tiempo, debo decir que no somos complacientes con el lector, el lenguaje no es infantilizante, son textos literarios que pretendemos se lean como cuentos. Para mí sería frustrante que solo leyeran el libro los seguidores de la ciencia. Mi lector ideal es el que compre el libro a regañadientes o que se lo regalen y un día lo lee y se da cuenta de que el disfrute de las ideas de la física no estaba tan lejos de él como pensaba.

-¿Por qué es tan importante Einstein?

-Dio la vuelta a toda la ciencia como si fuera un calcetín. Es la figura más importante de la historia de la física. Inventó algo nuevo, preguntarse «qué pasaría sí...», una pregunta que antes de él no existía en la ciencia, que era laboratorio, modelos, teorías, comprobaciones. Todo empezó con una pregunta, si yo viajara a la velocidad de la luz, cómo la vería. Einstein se hacía ese tipo de preguntas constantemente, lo que le permitió encontrar inconsistencias tremendas en la física. Fue uno de los más grandes creativos de la historia de la humanidad, alguien que cuando apostaba lo hacía con todo y tuvo éxitos tremendos y errores garrafales.

-¿Cuáles fueron esos errores?

-Tuvo dos muy conocidos, que a mí me gustaría haber tenido, porque fueron dos errores geniales, la constante cosmológica, que dijo que fue la mayor metedura de pata de su vida, porque sabemos que el universo se mueve y está en expansión acelerada. Y el otro fue la refutación que intentó hacer de la mecánica cuántica, mediante la paradoja EPR. Solo 50 años después se demostró que no tenía razón, pero en el intento de responderle se sentaron las bases de lo que es hoy la información y la computación cuántica, que es una de las áreas más promisorias de la física. Otro error fue decir que los agujeros negros no podían existir.

-En el libro dice que acceder al conocimiento en profundidad de su obra es como escalar una montaña en el Himalaya.

-Los que han estado en el Himalaya se lo cuentan a los demás, les muestran fotos, lo que sea para transmitir la sensación. La comunicación de la ciencia es un poco eso, contarle al otro lo que se ve desde allí. Evidentemente es mucho mejor ir hasta allí. Si este libro no sirve para que alguien estudie física me sentiré muy frustrado. Ojalá haya gente que lo haga, porque es hermoso lo que se ve allí.

-¿Cómo fue posible que un joven de 26 años refutara las teoría de Newton que habían regido la física durante dos siglos?

-Para mí es inexplicable. Por eso se llama el año milagroso, en seis meses escribió cuatro trabajos que están entre los diez más importantes de la historia de la física. Debería haber ganado cuatro premios Nobel.

-Ustedes deshacen algunos equívocos sobre Einstein.

-Hay muchas cosas que se dicen de él que son muy equivocadas. Por ejemplo, la carta que envió al presidente Roosevelt para alertarle de que Hitler tenía la idea de desarrollar ese arma, se ha interpretado como si hubiera sido el responsable de la bomba atómica. Es una gran injusticia, porque fue uno de los pocos grandes físicos que había entonces en Estados Unidos que no participó en el Proyecto Manhattan.

-Una de las famosas frases, Dios no juega a los dados, también se interpreta mal y fue otro error.

-Einstein no creía en Dios, el Dios del que habla es el de Spinoza, el orden natural. Por otro lado, la mecánica cuántica sostiene que si uno se pregunta si hay un átomo en determinado espacio la respuesta es que hay una cierta probabilidad de que sí y de que no. Eso a Einstein le parecía muy perturbador. Trató de refutarlo, pero estaba equivocado, Dios no hace otra cosa que jugar a los dados.