Patinetes eléctricos, un vehículo de moda que circula al margen de la ley

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

RAMON LEIRO

El desconocimiento de las normas de tráfico sobre su uso motiva constantes infracciones

02 dic 2017 . Actualizado a las 16:20 h.

Una pareja pasea con su perro por la senda peatonal que une Santa Cristina con la ría de O Burgo. A lo lejos, se abre paso una luz que avanza a toda velocidad hacia ellos. Se trata de un patinete autopropulsado, un vehículo expresamente prohibido por la ordenanza del Concello de Oleiros tanto en las zonas peatonales como en los carriles destinados a la circulación exclusiva de bicicletas. Su marcha se cruza en una zona de paso estrecho, pero el hombre a bordo del hoverboard no se detiene y son ellos los que tienen que apartarse para no ser arrollados.

Situaciones como esta son cada vez más frecuentes, en la medida en que se extiende el patinete eléctrico, un vehículo de moda que muchos adultos y menores han incluido un año más en sus cartas a Papá Noel y a los Reyes Magos, aunque pocos tienen claro dónde está permitido circular con ellos y dónde no. No es de extrañar, ya que la ordenanza que se aplica en Lugo habla de vehículos «sen motor» y ninguna de las grandes ciudades gallegas ha desarrollado una ordenanza específica sobre el uso de los vehículos de movilidad personal (VMP).

La ordenanza lucense de circulación, aprobada en el 2013, dice: «Como norma xeral, os aparatos de mobilidade persoal sen motor non poderán circular pola calzada, farano unicamente polas beirarrúas e zonas peonís, e sempre que non haxa aglomeración de persoas, e non poderán invadir carrís de circulación, salvo que existan zonas, vías ou parte destas que lles estean especialmente destinadas. Deberán acomodar a súa marcha á dos peóns evitando en todo momento causar molestias ou crear perigo, e en ningún caso gozarán de prioridade respecto aos viandantes nin se permitirá que estes aparatos sexan arrastrados por outros vehículos».

La policía advierte, no multa

Aunque las infracciones conllevarían una sanción leve (con multas de hasta 100 euros) apenas se tramita ninguna, pero sí hay advertencias por parte de la Policía Local. Hace poco sorprendieron a una persona sobre uno de estos patinetes a la máxima velocidad que transitaba por A Milagrosa, uno de los barrios más populares de Lugo. Iba por la calzada y, a pesar de las advertencias de los agentes, se resistía a circular por la acera porque, decía, era ilegal y se podía llevar a alguien por delante. Les costó un buen rato convencerlo de que estaba incumpliendo la ordenanza, pero al final acabó entrando en razón.

Y es que actualmente no hay una legislación estatal para los patinetes eléctricos. La DGT vetó el uso de VMP en aceras y lo limitó a calzadas expresamente autorizadas para ello, lo que en la práctica dejó en un limbo a estos vehículos en aquellas ciudades donde no se ha desarrollado la normativa específica, como también sucede en Vigo, Ferrol, A Coruña, Santiago, Pontevedra y Ourense.

En algunos casos (como en el de Santiago, A Coruña y Ourense), sus ordenanzas hablan de monopatines, patinetes tradicionales o «aparatos similares», que por extensión podría incluir a los hoverboards o skates eléctricos, quedando desterrados de las calzadas por norma general y limitados a circular «a paso de persoa» por las aceras o calles residenciales debidamente señalizadas.

A pesar de la indefinición legislativa, en Ourense no se ha puesto ninguna sanción por el uso de los patinetes eléctricos ni a la Policía Local le constan percances con estos aparatos. Con todo, desde el Concello aseguran que están atentos ante un posible incremento por si hay que añadir su regulación en alguna ordenanza municipal. Del mismo modo, en Pontevedra, una ciudad multipremiada por su modelo de peatonalización, de momento, patinetes, bicis eléctricas y demás artilugios circulan sin problema por las zonas de plataforma única, aceras y plazas.

Información elaborada con la colaboración de Xosé Carreira, Serxio Barral, Marga Mosteiro y Rubén Novoa.