El linaje de la familia real británica ha dado origen a grandes personajes que alimentan abundantes ficciones en cine y televisión. Ahora ha llegado la temporada de sus reinas, que parecen haberse puesto de acuerdo para coincidir a la vez en la pantalla. Mientras en TVE las refriegas de Isabel I y María Estuardo protagonizan la española Reinas, la oferta de pago apuesta por lujosas superproducciones británicas que descubren los años iniciáticos de sus dos monarcas más longevas.
Movistar+ acaba de emitir en #0 la serie Victoria, que, lejos de la rigidez que perpetúan las imágenes históricas de la época victoriana, retrata a la reina como una tenaz adolescente que llegó al trono por accidente y tuvo que revolverse en un mundo dominado por los hombres. Su retrato está inspirado en los diarios reales, unos relatos que fascinaron a su guionista por estar llenos exclamaciones y entusiasmo.
Su tataranieta Isabel II, que acaba de superar su récord de años en el trono, es la protagonista de The Crown, la producción de Netflix que acaba de ganar el Globo de Oro al mejor drama y su protagonista, Claire Foy, el de mejor actriz dramática. Aunque es inevitable evocar a ratos a Downton Abbey, las dos series trascienden los tópicos del culebrón que se recrea en la realeza y convierten a las soberanas en testigos de la historia.