Volver a Jesús

J. Manuel Amor Pan OPINIÓN

SOCIEDAD

01 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

No deberíamos ser cómplices de la banalización de la primera comunión. Si algo se da de bruces con el mensaje de Jesús de Nazaret es precisamente la ostentación, el despilfarro y una práctica religiosa superficial y basada en ritos y apariencias. En medio de una sociedad herida por el egoísmo, la avaricia y la codicia, que permite que millones de seres humanos mueran de hambre cada año y otros muchos lleven una vida muy dura, sentarse por primera vez al banquete de Jesús debería ser un gesto significativo de que Dios nos quiere abiertos a una fraternidad universal, de que el centro del Evangelio está en el compartir y en la sencillez de vida.

Desde los primeros días de su pontificado, el papa Francisco ha levantado su voz para sacudir la conciencia de los católicos. La clarividencia del papa es admirable. Nos llama a una conversión radical, a volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio y, de esta manera, a arraigar con más verdad y más fidelidad nuestras vidas y la de nuestras comunidades eclesiales en la persona, el mensaje y la vida de Jesús, en su proyecto del reino de Dios.

Por eso, antes de aceptar a los niños en la catequesis de iniciación cristiana habría que hacer una profunda catequesis de sus padres. Así nos ahorraríamos asistir a este espectáculo bochornoso. Es hora de iniciar la reacción.