Miguel Lorente, delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, ha explicado hoy en una conferencia sobre la igualdad que la mayoría de las llamadas al teléfono de atención a las víctimas de la violencia machista no provienen de las propias víctimas, sino de figuras femeninas cercanas a ellas.
07 jun 2011 . Actualizado a las 21:35 h.El delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente, ha denunciado hoy, durante una conferencia en Bilbao en el marco de la jornada «Los hombres en tiempo de igualdad», que el 60 % de las llamadas que se reciben en el 016, el número de atención a las víctimas de la violencia machista, las realizan hombres insultando y amenazando a las mujeres.
Lorente ha alertado, además, de que la violencia machista genera una «respuesta crítica social muy baja» y de que ese rechazo corresponde principalmente a las mujeres. «Los hombres no están posicionados contra esa violencia ejercida por los hombres y eso se traduce en pasividad» ante las agresiones a mujeres. Por ello, la mayoría de las llamadas al 016 para solicitar ayuda, excluidas las amenazantes por parte de los hombres, no son realizadas por las propias víctimas, sino por figuras femeninas cercanas a ellas, como las madres, amigas o hermanas.
El 1,2 % de la población española (casi 600.000 personas) considera que la violencia machista es aceptable en algunas circunstancias y ese porcentaje se eleva hasta el 5,9 % (3 millones de españoles) cuando la agresión tiene lugar en un proceso de separación en el que es la mujer la que abandona al hombre. Estas cifras guardan proporción, ha explicado el delegado, con los 400.000 casos de violencia machista y con la media de 70 homicidios contabilizados al año en España.
Y, lo que es más alarmante, según Lorente esta «justificación de la violencia» se está reproduciendo entre los adolescentes y los jóvenes. En estas edades, el 13% de los chicos reconoce haber tenido conductas violentas con sus parejas y la normalización de la violencia se refleja en que un 4% de esas actitudes no son reconocidas como violentas por las chicas. «El chico malo vende y la sociedad alimenta y premia este tipo de conductas», algo que queda reflejado, según ha señalado, en las series de televisión dirigidas al público juvenil.