Kina Fernández recupera la elegancia de los setenta

alejandro posilio MADRID / LA VOZ

SOCIEDAD

Presenta en Cibeles una colección inspirada en las frías ciudades del norte de Europa para una mujer sofisticada

21 feb 2011 . Actualizado a las 18:54 h.

Una colección maxi, muy invernal, inspirada en las frías ciudades del norte de Europa. Esto es lo que presentó ayer la gallega Kina Fernández en la tercera jornada de Madrid Cibeles Fashion Week, con el objeto de vestir a una mujer ultrachic, sofisticada y urbana, que rescata la elegancia femenina de los años setenta.

Las propuestas nacen de un laborioso trabajo con la lana, material que usa en las 51 salidas, con acabados tan distintos como la alpaca, el mohair o el cashmere. Todo ellos, tejidos gruesos, con mucha prenda de abrigo, capa y abrigo capa, con destacada personalidad, simples por el tipo de materia, pero con mucho volumen, tanto en abrigos como en vestidos y faldas. Solo en la última parte de desfile lució ropa más ceñida y sexi.

La diseñadora ourensana opta en esta ocasión por los colores neutros, como topo, nata, gris y negro, pero combinados de manera delicada. El contrapunto lo pone el rojo vivo que gira a naranja, único tono llamativo de la colección.

Llamaron la atención los pantalones de terciopelo con la pierna campana en el bajo y mas entallada arriba, para llevar con taconazos de doce centímetros que estilizan la silueta. Hay ligeros estampados bastantes definidos en orgaz de seda, la parte más ligera de la colección, que se intercala con las prendas gruesas, para aligerar la imagen más pesada de las creaciones.

Las faldas, por la rodilla o por debajo de esta; las blusas, con volantitos, pasamanería y lacitos, bastante ricas, con mangas importantes con pliegues y mas ceñidas en el brazo. Mucho drapeado y numerosos broches de lujo metálicos, lacados y con perlas, que enriquecen el acabado.

Para la noche, una primera parte de cóctel más corta en tejidos de lurex, seda y jacaré, eso sí, rígidos para ayudar a dar el volumen. Otra parte muy vaporosa en los vestidos largos con seda, que juegan a la vez con drapeado y pasamanería.

Entre los complementos sobresalieron los botones, que se convierten en accesorios, jugando mucho con ellos al mezclar colores y tamaños en la misma prenda, convirtiéndose en el juego irónico de la colección. Las botas hasta la rodilla, estrechas y de tacón fino, de piel de serpiente. También hubo botines clásicos y zapatos de cóctel más elegantes.

David Delfin

Antes que Kina Fernández desfiló el malagueño David Delfín, que cumplió con su estilo clásico de líneas rectas en sobrios grises y negros roto súbitamente con una explosión de verdes y azules recogidos en entramados laberínticos. El diseñador ha recibido la ovación de una grada plagada de celebrities que se mostraron maravilladas con la propuesta.