«Entre los animales sociales sobrevive el que coopera»

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El autor de «El mono que llevamos dentro» asegura que la culpa y la vergüenza son emociones exclusivamente humanas

22 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

Son nuestros pares en la naturaleza. Grandes primates como nosotros, dueños de inteligencia y sentimientos. Como los humanos, capaces de lo mejor y lo peor. Los chimpancés son belicosos y crueles. Sus primos hermanos los bonobos son los reyes del sexo desinhibido. Unos y otros permiten escrutar dentro del ser humano y ver qué nos hace distintos. «Menos distintos de lo que se creía», precisa Frans de Waal. El director del Yerkes Primates Center de EE.?UU. y autoridad mundial en el comportamiento social de los grandes simios ha presentado en España El mono que llevamos dentro. -Bueno, ¿y qué mono llevamos dentro? -Claramente, bonobos y chimpancés. -¿Una mezcla de los dos? -A veces sobresalen los chimpancés, territoriales y agresivos; otras veces los bonobos, más pacíficos. Y hay personalidades y comportamientos más parecidos a unos que a otros. En EE.??UU., la gente me dice que los republicanos son más como los chimpancés y los demócratas son más bonobos. Ahora llevamos un período largo de chimpancés y estamos preparados para una nueva etapa de bonobos [risas]. -Cuando se secuenció el genoma humano y el de los grandes simios se vio que la diferencia genética entre el hombre y el chimpancé es sólo del 1,2 por ciento. ¿Le sorprendió? -No. Hay biólogos que creen que los humanos debiéramos pertenecer al mismo género que los chimpancés y los bonobos, pero ese siempre ha sido un punto polémico por razones políticas y religiosas. El estudio del ADN mostró que la diferencia entre un chimpancé y un humano es mucho menor que entre un chimpancé y un gorila, y eso fue un shock. -Han caído mitos. Conductas que se creían propias del hombre, el cariño, los celos... -Hay muy pocas emociones exclusivas del ser humano. Puedo señalar la culpa y la vergüenza, y ambas tienen mucho que ver con las presiones sociales. Somos una especie en la que el individuo está sometido a mucha más presión social que entre los simios. -Entre los bonobos, el sexo es el cauce básico de relación social, en todas sus variantes y desligado de la reproducción. ¿Nos enseña algo sobre los humanos? -Los humanos somos también una especie muy orientada al sexo, aunque tenemos muchos tabúes. Usamos el sexo un poco como los bonobos, pero en un conjunto de relaciones limitadas. Si fuéramos como ellos habría sexo en la calle todo el día. En un accidente de tráfico, en una discusión, la gente practicaría el sexo para hacer las paces. -Frente al concepto darwinista de la supervivencia del más fuerte, usted contrapone la supervivencia del más conciliador. -Algunos animales, los lobos, los defines, los primates, el ser humano... sobreviven a través de la colaboración. Y entre los animales sociales sobrevive el que tenga más capacidad o habilidad para cooperar, no el más fuerte.