Hoy se conocerá quién es la mujer más bella del mundo (que no del universo) en este año. Las chicas, ya lo saben, se pasearán de diferentes formas y estilos ante el jurado más duro de todos, los espectadores e internautas de medio planeta que decidirán con sus votos quién se lleva la corona y los 100.000 dólares que conlleva. El año pasado la obtuvo, les refresco la memoria, la peruana María Julia Mantilla García, quien armó un revuelo sideral al reconocer -previa denuncia de una revista- que se había hecho unos pequeños retoques quirúrgicos para ser más bella todavía. Este año, y nuevamente en la isla de Hainan (casi cinco millones de dólares les vale al año promocionarse como destino turístico en esta fiesta), las 105 aspirantes al título se muestran tan felices como nerviosas, y hay mucha incertidumbre. Para los aficionados a este tipo de certámenes, les diré que la mexicana Dafne Molina Lona logró al menos una cabeza de ventaja al quedar segunda en el concurso a Miss Playa, que fue a parar a la rusa Yulia Ivanova , nacida (tiene guasa) en Siberia. Otra que se llevó un premio de relleno (que no por su relleno, ojo) es Kmisha-Victoria Count , de las islas Vírgenes, que gracias a sus dotes para el canto se hizo con el Miss Talento. La princesa Régina de Sajonia-Meiningen, esposa del archiduque Otto de Habsburgo , salió ayer del hospital de Nancy, en Francia, donde había ingresado el pasado lunes tras sufrir un accidente cerebrovascular. Régina, de 80 años, manifestó que se encontraba «en un estado excelente» al abandonar el centro médico junto a su esposo y sus tres hijas, visiblemente recuperada de la hemiplejia súbita que la hizo desmayarse en un hotel de Nancy el lunes. «Fue un golpe muy duro, pero no un drama. Estoy profundamente impresionado por el servicio del hospital», declaró su marido, primogénito de Carlos IV , el último rey de Hungría y emperador de Austria. Aunque debía permanecer hospitalizada varios días más para que se le hiciera un seguimiento del tratamiento al que se le sometió, la princesa obtuvo un permiso del equipo médico para regresar en avión a su casa, cerca de Múnich (Alemania). La Real Fuerza Aérea Británica (RAF), con la que el príncipe Guillermo realizó un período de prácticas, no fletó un avión de combate modelo Hawk con el único propósito de llevar a casa al hijo de Carlos de Inglaterra , aclaró ayer el ministerio de defensa. Un reactor militar, con Guillermo a bordo, despegó en un vuelo rutinario de entrenamiento de la base de Valley, en Anglesey (en Gales) el miércoles en dirección al aeropuerto militar de Wiltshire, cercano a la residencia de Highgrove, donde reside el príncipe Carlos. El desplazamiento del príncipe provocó críticas a los que consideraron alto el coste del vuelo, cifrado en unos 30.000 euros, si el motivo del vuelo era simplemente llevar al príncipe a su domicilio. Defensa insistió en que el avión realizaba un vuelo de prácticas rutinario en el que quedaba una butaca libre. «Quedó un asiento libre, así que lo llevamos. Se trató de simple rutina, es algo que podemos hacer, ya que el vuelo iba a salir de cualquier manera», agregó esta fuente. Este ministerio señaló que dicho Hawk se fletó como práctica para un piloto y que es habitual realizar «aterrizajes rutinarios en diferentes aeropuertos», con lo que desplazar al príncipe no supuso «un coste extra». El príncipe tenía que estar en casa para acudir a una clase preparatoria en la academia militar de Sandhurst. Finalmente, quiero disculparme porque ayer, en la mayor parte de las ediciones, salía un error en esta página. Comenzaba hablando de José Mourinho, entrenador del Chelsea y guapo en general, pero la imagen que se mostraba era la de Joaquín Sabina . Un cambio de última hora (la actualidad, ya saben) nos obligó a variar la foto pero los duendes de la informática nos dejaron el texto antiguo. Desde aquí mis disculpas.