El carrusel que no se detiene

Alba Díaz-Pachín | alba.diaz@lavoz.es

SOCIEDAD

27 sep 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Esto es no vivir. Cuando crees que ya has asimilado algo de lo que se va a llevar el próximo verano según los diseñadores españoles, desembarcan los italianos en Milán con sus propuestas, que no tienen porqué coincidir con las del resto del mundo. Por el medio ya pasaron los británicos y los norteamericanos y están al caer los franceses. Así que casi me voy a abstener de hacer consideraciones y mostrarles sólo un par de detalles de la pasarela milanesa: uno de Armani y otro de Cavalli , y así ustedes sacan sus propias conclusiones. Y, para librarnos de la fatiga del presente, les propongo un pequeño viaje al pasado. ¿Se sometió alguna vez Ava Gardner a una operación de cirugía estética? La respuesta es no. Al menos es la que aporta Archibald McIndoe , un famoso cirujano británico al que en una ocasión visitó la que por muchos ha sido considerada como la actriz más bella del mundo. Parece ser que Ava se cayó de un caballo durante una de sus visitas a España, en 1957. El resultado fue una mejilla morada a causa de un tremendo hematoma que hizo pensar al estudio que tal vez sería mejor que Ava se sometiera a una operación de cirugía plástica. Pero la actriz se quedó horrorizada pensando que, en el futuro, las cicatrices de la operación pudieran ser demasiado evidentes, así que pidió una segunda opinión, en este caso al doctor McIndoe, que se había hecho famoso reconstruyendo el rostro de aviadores británicos heridos en combate. McIndoe le recomendó que no se operara. Y así fue. Algún tiempo después, y para despejar los rumores, en un acto benéfico en el que coincidieron el doctor y la actriz, McIndoe animó a los fotógrafos a tomar imágenes del rostro de la Gardner tan cerca como quisieran. «Ningún bisturí ha tocado jamás su hermoso rostro», declaró el médico. La historia se puede leer en un libro de reciente publicación que recoge la vida de este cirujano plástico. Obviamente, si hubiera vivido en esta época, Ava, ni ninguna otra megastar , le habría hecho caso. Vueltas de campana en Shanghai El que no va a tener ninguna necesidad de pasar por el quirófano es Peter Philips, el hijo de 26 años de la princesa Ana de Inglaterra. Este aristócrata tiene un empleo muy acorde con su cuna: es el director de mercadotecnia de la escudería BMW de Fórmula 1 y este fin de semana estaba en Shanghai, ya que allí se celebraba el primer gran premio que ha tenido a China como escenario. Y ya saben lo que pasa, con tanta excitación automovilística, Peter, que viajaba en una furgoneta con otros tres compañeros de fatigas, se dio un batacazo contra un coche en el que viajaban varios chinos. Al parecer y según el diario The Sun , la furgoneta del real relaciones públicas dio unas cuantas vueltas de campana hasta estamparse con violencia contra un árbol. El resultado fueron unas pocas contusiones y unos cortes leves, afortunadamente. Los chinos también salieron del accidente como si tal cosa. «Ha sido una experiencia terrible» declaró Philips. No me extraña, la verdad. Lo han elaborado en Parets del Vallés. Se trataba de conmemorar los 1.100 años del municipio y no tuvieron otra idea que ponerse a fabricar un caramelo de 1.100 metros de largo y 900 kilos de peso. Desde luego, se lo han comido entre varios. Y me perdonarán, pero ya no escribo más porque a mí también me están esperando unos dulces. Resulta que hoy (ayer para ustedes) fue el cumpleaños del director y se ha estirado con unos pastelitos, de modo que no veo ya el momento para incorporarme al sarao. Ya me recuperaré en el gimnasio, pero permitan que me exceda un poco con los de chocolate. Hasta mañana.