«El fotógrafo es un depredador obligado a reflexionar»

Miguel Lorenci MADRID

SOCIEDAD

ANDREU DALMAU

Entrevista | Alberto García Alix Alberto García Alix, Premio Nacional en 1999 y ahora instalado en París, dirige un taller en la universidad de verano de El Escorial para trasmitir su saber autodidacta

07 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Los viejos moteros nunca se detienen. Alberto García-Alix, fotero además de motero, ha viajado desde París a El Escorial en su Harley Davidson y armado con su Hasselblad para poner a disposición de quince alumnos en un taller universitario su talento y sus saberes. El fotógrafo leonés (1956) quiere que sus discípulos ocasionales «piensen» al mirar por el visor de sus cámaras. Es el objetivo de este autodidacta y «anarquista disperso», premio Nacional de Fotografía en 1999, que pasó de publicar sus propios fanzines en los ochenta a ver sus fotos en Vogue o Vanity Fair. -¿Qué se propone enseñar? -Quiero hacer pensar. Mirar por el visor de una cámara obliga a tomar decisiones. Para tomarlas hay que meditar sobre qué estás viendo, qué estás haciendo y qué quieres decir. También tienes que cuestionarte la parte técnica. El fotógrafo toma muchísimas decisiones y muy rápidamente. El ángulo, la posición de la cámara. Todo influye, la velocidad y el diafragma el foco... es una rueda de decisiones vertiginosa y cada decisión implica un resultado. Quiero que piensen en todo eso. -¿Es autodidacta? -Sí. -Y ¿qué hace enseñando? -Trasmitir lo que aprendí por mis propios medios. Nada más. Más que enseñar técnica, quiero obligarles a pensar, a comprender. Todos estos chicos han visto y hecho muchas fotos. Queremos ir un poco más lejos. Hemos empleado el aula dos días y el resto de la semana estaremos en la calle. Lo de anarquista disperso es una definición. La realidad es que mi manera de estar en el mundo es un delirio válido para mí. -¿De veras entra en trance con la cámara? -Sí. El trance es cuando tomas la cámara en las manos. Al principio no era consciente. Ahora sé que la cámara y ese trance me han librado de la cárcel o de una oficina. -¿Cree en el fotógrafo pensador antes que en el fotógrafo cazador? -El fotógrafo es depredador porque atrapa y caza la imagen. Pero lo hace a través de la reflexión. Está obligado a preguntarse qué quiere. -¿Se fotografía con el cerebro o con el ojo? -La fotografía es un acto voluntario que implica intencionalidad. Has de saber qué quieres hacer y para qué. Esa intencionalidad es decisiva para el fotógrafo, que trata de ver siempre algo de una determinada manera. -¿Qué maestros han educado su retina? -No sería capaz de dar nombres. Hay muchos fotógrafos cuya obra admiro y que me han hecho comprender que mis intuiciones eran las buenas. Pero he aprendido más de gente que nunca ha hecho fotografías. En el museo del Prado, por ejemplo, viendo cómo el Greco coloca una mano, cómo Velázquez trata la luz o cómo Rembrandt se autorretrata. También me ha influido el Ron Negrita, el rock & roll o los porros.