Tarde floja de toros y público

M. Cheda A CORUÑA

SOCIEDAD

KOPA

Crónica | Una tarde de toros «indoor» en A Coruña | Ni un cuarto de entrada en la corrida inaugural de la feria herculina; se espera que la cosa remonte hoy, y sobre todo, mañana, con un cartel rosa; entre el público, los clásicos

05 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Le dicen la fiesta nacional, pero ayer fue la de Blas, porque ni Blas había en los toros indoor del Coliseo. 2.000 personas se juntaron en el estreno de la feria, según cálculo generoso de un organizador, es decir, ni un cuarto del aforo. «Flojita, muy flojita la entrada», admitió la misma fuente. Se aguarda que la cosa remonte hoy y que explote mañana, con un cartel merecedor de portada en Qué me dices : el marido de la Campa, Jesulín; el hijo de Carmina, Fran Rivera; y Finito de Córdoba, y olé olé. Pero antes no hacía falta teñir el albero de rosa. En los cincuenta, en tardes como la de ayer, a esta ciudad llegaban autobuses de toda Galicia a rebosar de forofos. Qué lejos. Claro que, entre el derribo de la viejo coso (1967) y la ocurrencia de echar arena sobre el parqué transcurrieron 24 años, ahí nada, un cuarto de siglo sin astados en la tierra de Hércules. «Yo vengo ahora y ya iba entonces, cuando Palomo Linares aún era novillero. De aquella, los animales tenían más fuerza, no como ahora, y había afición», recuerda una veterana, Fina García, integrante de la única peña femenina de A Coruña, creada en 1997. El gerente del recinto, Ramón Barros, masca una fórmula para salvar el bache: «Debemos intentar ganarnos a las nuevas generaciones, a la gente que nació cuando no había plaza. En Riazor, cuando el Dépor estaba en Segunda, íbamos 4.000 al fútbol. Y ahora está hasta la bandera. Se supo crear afición. Y eso debemos hacer aquí». Venta de entradas Eso u otra cosa. Pero algo deberá idear alguien, porque ayer no se llenó ni un tendido, salvo que se cuente como tal la grada de la banda de música. Del resto, lo menos vacío, el palco, que allí se va de miranda gratuita. Aunque no semeja que el problema sean los precios. Por 20 euros, o sea, dos cines con palomitas, se puede disfrutar de la lidia. Se antoja que no contribuye mucho a la causa circunstancias como la acaecida ayer. Por decisión de la empresa que gestiona el espectáculo, al contrario que antaño, no había dónde comprar una entrada para hoy. Y hoy no habrá dónde adquirirla para mañana. En general, la tarde de toros fue mala; lo único brillante, los trajes de luces. Al cuarto bicho, en lugar de quitarle la vida, lo asesinaron con saña; incontables estocadas fallidas. Y la muerte del quinto la hubiese filmado Buñuel con gusto: surrealista, que sí, que no, silbidos, dos avisos... Al matador le regalaron la oreja, sin duda. Entre el público, gente de A Coruña, de La Coruña y de La Coru. Abanicos por un tubo, pese a que no andaba el ambiente para sofocos. Algunos le pegaban a la caña de barril, otros al vino en bota y los menos al agua, mineral, da terra y en botella. Más modelitos de primavera que veraniegos, que andaba el cielo cabreado, amenazante. Pocas peñas, los dedos de una mano, y menos sombreros cordobeses. Y la única corbata, encarnada, la del presidente de la Cámara de Comercio, José Antonio Quiroga. Alcalde y amigos Desde la barrera del número tres, como siempre, lo vio todo Paco Vázquez, más chulo que un ocho con su americana a rayas azules y blancas, y haciendo patria, con el pin en la solapa. A su lado, varios amigos; entre ellos, el doctor Ángel Ron Fraga. El nuevo concejal de Cultura, Carlos González Garcés, optó por el burladero, al igual que el famoso ganadero Alipio Pérez Tabernero, casado con coruñesa. Escogió un stand de empresa el periodista gallego Pepe Domingo Castaño, quien terminó la faena descamisado. En la zona de autoridades, José Luis Meilán Gil; el padre Taboada, que al parecer no se pierde una; el sheriff del Puerto, Guillermo Grandío; el segundo de la nave municipal, Javier Losada; la edil Carmén Marón, también diputada en Madrid; el que quiso ser alcalde, el popular Fernando Rodríguez Corcoba, acompañado de su esposa, bellísima; el regidor de la cercana Cambre, Tonecho Varela, fiel a sus tirantes; el primer edil de Arteixo, Manuel Pose... Incluso pasaba por allí el nuevo jefe de la Policía Nacional en Galicia, Luis García Mañá, que habla gallego pero debe irle la fiesta española, la de Blas.