El chófer de las estrellas

María Cedrón | Sonia García REDACCIÓN

SOCIEDAD

XOÁN A. SOLER

Ramón García ha llevado en su coche, entre otros, a Madonna, Sting, Prince, Bruce Springsteen, los Rolling, The Coors y los Red Hot, «os pementos rojos picantes».

23 jul 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Ramón García pasó de taxista a chófer de estrellas. «A casi todos os famosos que viñeron por Santiago os levei eu no coche», dice. Sabe muchas cosas de la vida secreta en Galicia de Madonna, Prince, Bruce, Mick Jagger «ou os pementos rojos picantes (Red Hot Chilli Pepers) que viñeron o outro día», pero no las cuenta. «O noso traballo -apunta- baséase na discrección». Y Ramón, que también se dedica al negocio de las bodas, discreto es. Sólo se detiene en recordar algunas anécdotas con las que «cando me xubile» acabará escribiendo un libro. Pero entonces el gerente de autos Rayma S.?L. tendrá que retirarse cual monje de Silos para meditar y recordar a todos los grandes que guió por la comunidad desde hace ya cerca de veinte años. Afinidades «Un home moi sencillo é ese que tamén foi taxista e aínda ten o taxi..., ¿cómo se chama? El Fari», explica. Y es que cuando lo fue a recoger al aeropuerto de Lavacolla, el cantante del Torito bravo no le permitió que le abriera la puerta. «Chegou, abriume a min a porta, díxome: usted trabaja más que yo. E despois subiu el detrás», recuerda con gracia. A Ramón se le ve el plumero. Le gusta la canción española y quizá por eso ha entablado amistad con Manolo Escobar. De él habla con emoción: «Veu moitas veces, pero nunca me dera unha foto. Eu díxenlle: Manolo, a ver cando me traes unha. E mandouma por correo». Pero a Ramón también se le ilumina la cara cuando habla con Regina dos Santos. «Cada vez que ven - dice-, me saluda e me abraza». Ramón, que al principio no se atrevía porque le daba vergüenza, comenzó a pedir autógrafos y fotos a sus ilustres clientes. Tiene rúbricas de Sting, Janet Jackson, Julio Iglesias o Samantha Fox. Pero lo más sagrado de su colección es un dibujo de Laxeiro. «Pintoume unha nena na páxina dun catálogo e advertiume: Ramón garda eso que vai valer moitos cartos. E, mira, agora xa morreu». Sorpresa, sorpresa Y Ramón también cumple sueños como en aquel programa de televisión de Sorpresa, sorpresa. «Hai unha rapaza dun bar á que lle encanta Juan Pardo. Eu xa o levara varias veces e un día chegueille ó bar con el. Non sabía se marchar correndo para a cociña ou tirarse a el, case choraba», recuerda. De los que no tiene autógrafos es de los más grandes. Ha llevado a los Rolling Stones de un lado a otro varias veces, a Bruce, a Madonna, a Prince y el otro día a las chicas de The Coors, a Gilberto Gil y a Carlinhos Brown. «O problema con esa xente é que os managers non che deixan falar con eles, nin pedirlles autógrafos, nin nada. Eu non sei se son eles os que lles din que nolo digan ou é cousa da organización». Al que también le pediría un autógrafo es a Arafat. Estuvo a punto de llevarlo a conocer la ciudad del Apóstol, «pero tivo que suspender a visita».