El placer del triunfo

La Voz

SOCIEDAD

25 ene 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

Ya he perdido la cuenta de las veces que ha salido en esta página Anna Kournikova. Incluso creo recordar que una vez prometí no volver a sacarla hasta que ganara un torneo. Pues bien, ha ganado. Aunque su victoria es casi irrelevante comparada con la imagen que compuso ayer al alimón con Martina Hingis. Mírenlas bien. Si es que parecen dos angelitos del cielo que hayan bajado a jugar un poco al tenis. Con esa copa plateada, esos ositos y esas sonrisas... Nadie diría que son dos mitos erótico-deportivos tras mirar esta foto. Pues lo son. El caso es que ambas, haciendo pareja, le birlaron el torneo de dobles femeninos del Open de Australia a la pareja formada por Arantxa Sánchez Vicario y Daniela Antuchova. No hace falta decir qué pareja de las dos era la favorita del público. ROCIÍTO, EN VIGO. Llegar y moler. Rociíto aterrizó ayer en Vigo para promocionar la franquicia MC, de la es imagen comercial, en la feria Franquiatlántico. Y como su visita fue tan breve, se la puedo contar entera. Llegó, saludó, firmó autógrafos, se dejó fotografiar, contestó a cuatro preguntas, firmó unos cuantos autógrafos, fumó como una descosida y se marchó. De un avión a otro, sin solución de continuidad. ¿Y Fidel? Fidel no vino. ¿Cotilleos? Pocos. Sólo dijo que esperaba que los jueces le dieran la razón en su pleito con Antonio David. Ah, y estaba algo más delgada. Y LOS CEMPÉS CON METTE-MARIT. Tranquilos, que no les ha pasado nada. El grupo folk gallego anda estos días de gira por Noruega, porque allí celebran un festival con motivo de la llegada del nuevo sol. El grupo tocó ayer en un crucero organizado paralelamente, al que asistieron Haakon y Mette-Marit. La pareja noruega saludó a los componentes del grupo y, que se sepa, no ha habido heridos. (Es una broma). SCHROEDER NO SE TIÑE. Ya se sabe que las preocupaciones consustanciales a gobernar todo un país tienen sus consecuencias. Por ejemplo, te salen canas. Aznar lo tiene claro y de vez en cuando se da una pasadita. O eso dicen. También lo decían del canciller alemán Schroeder, pero a éste no le ha gustado un pelo la noticia y se ha apresurado a que sea desmentida. No va a querellarse contra la agencia de noticias que difundió el asunto, pero quiere que quede claro que, de canas, nada. Luego dicen que no, que no son coquetos. Ay. Hombres.