Lección tributaria y cultura de pacto

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

TEO

15 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La derrota de Compostela Aberta en el debate tributario da la medida de lo que puede deparar el actual mandato municipal si Martiño Noriega se empecina en gobernar como si ostentase el poder absoluto que los compostelanos no le otorgaron en las urnas. Las cábalas están servidas, pero no se equivoquen: Agustín Hernández y Paco Reyes no van a formar pareja de gobierno, aun en el caso de que el Concello entre en una situación de excepcionalidad, caso hipotético pero no imposible una vez que el propio alcalde abre esa puerta al lanzar el mensaje de que acudirá a la cuestión de confianza si se le presenta igual panorama con los presupuestos del 2016. Su experiencia como regidor de Teo le da fuerza, pero habrá de tener en cuenta que Santiago poco tiene que ver con el concello vecino.

Los errores del gobierno compostelano con las ordenanzas fiscales dieron la victoria, en primer lugar, a todos los compostelanos al librarse de unos incrementos tributarios nada progresivos ni proporcionales y aprobarse la rebaja del IBI; en segundo lugar, al PSOE, que defendió la propuesta triunfadora; y en tercero, al PP, que aprovechó la carga de profundidad que le proporcionó el propio gobierno al no agarrarse al consenso de mínimos que era la congelación de impuestos. Y, lo más trascendente para el futuro inmediato: estos errores han minado la credibilidad de Noriega y abonado el terreno para un entendimiento entre Hernández y Reyes. Entendimiento que a nadie debería extrañar, porque en esta ciudad donde los líderes políticos han dialogado mucho y buscado consensos para beneficio de todos -seguiremos recordándoselo a Noriega-, PSOE y PP tienen práctica de pacto. Tras dos mayorías absolutas, lo hizo Estévez, no sin esfuerzo, cuando se quedó en minoría y negociaba a dos bandas, con el PP los asuntos institucionales y con el BNG la gestión ordinaria. Lo hizo Bugallo, que antes de cerrar su coalición con Néstor Rego, pactó con Dositeo Rodríguez, lo que dejó la foto del exBNG Fernández Leiceaga acordando las ordenanzas fiscales con el exconselleiro de Fraga. Sin salir de Raxoi, Martiño Noriega tiene ejemplos de diálogo, de pacto y de búsqueda sincera de consensos.

Pero, claro, primero hay que tener voluntad de diálogo y, por tanto, la flexibilidad necesaria para gestionar con acierto la posición minoritaria. El reproche a los oponentes y el victimismo sobran cuando no ha habido una negociación real. ¿Habrá aprendido Noriega la lección de cara a los presupuestos?