El gobierno de Compostela Aberta deja sin gastar casi toda la renta social y la ayuda a la mujer

La política social, y más concretamente el rescate de las personas más vulnerables que tienen dificultades para acceder a una vivienda o afrontar los costes de la energía, es una de las banderas enarboladas desde el principio por el gobierno de Compostela Aberta, que en su primer año de mandato creó la Renta de Garantía Básica o renta social. Se financia a través de dos partidas del presupuesto: una de 991.000 euros para transferencias no nominativas y otra de 510.500 euros para atención benéfica y asistencial directa. El grado de ejecución de ambas fue de un discreto 18 % entre el 1 de enero y el 30 de septiembre pasado, pues de la segunda partida Raxoi no gastó ni un céntimo.

Este es uno de los aspectos más llamativos que muestra el estado de ejecución de los presupuestos del Concello de Santiago del 2018, aprobados el pasado enero por un montante de 110,2 millones de euros, pero incrementados hasta los 126,9 millones mediante varias modificaciones de crédito. De este total, se gastaron en los primeros nueve meses del año -las cifras de ejecución del ejercicio completo no se conocerán hasta abril- 52,4 millones, el 41 % del total, básicamente en el pago de las nóminas de los funcionarios, gastos corrientes o transferencias a diversos organismos municipales.

En el capítulo de inversiones reales, donde se incluyen las obras, solo se gastaron en nueve meses 1,4 de los 20,6 millones presupuestados, como denunció hace unas semanas el concejal del BNG Rubén Cela. Pero más llamativo resulta incluso que en algunos apartados de la política social no se haya gastado nada en el mismo período.

Es lo que ocurre, por ejemplo, con las ayudas a la mujer de dos partidas. En una se habilitan 30.000 euros para ayudas directas de carácter asistencial y, la segunda, fue dotada con 20.000 euros para convocatorias de subvenciones a entidades vinculadas a la mujer. Los fondos de ambas partidas estaban completamente sin ejecutar a fecha del pasado 30 de septiembre.

Todavía hay una tercera partida, de 35.000 euros, para transferencias no nominativas, es decir, convocatorias de ayudas, de la que se ejecutaron 2.500 euros. La suma de estas tres partidas da un grado de ejecución de 2,9 % en la atención a la mujer.

Para el sostén de las políticas sociales también hay una línea de subvenciones a entidades de 1 millón de euros, de la que se ejecutó el 27 % de los fondos. Algo más elevado es el grado de ejecución de los fondos para el apoyo a inmigrantes, pues se gastaron en el citado período 15.000 de los 42.000 euros consignados.

Una partida importante del área social son los 1,97 millones de euros previstos para la atención a los dependientes, a través de la ayuda en el hogar. En los primeros nueve meses del 2018 se ejecutó solo el 16,8 % de lo programado: 301.548 euros.

En pavimentación de vías públicas y en la promoción turística, casi todo está por realizar

Santiago es una ciudad volcada hacia el turismo, uno de los sectores más dinámicos de la económica local, y para promover esta actividad y difundir la imagen de la ciudad se habilitó en el presupuesto municipal una partida de 440.000 euros, engrosada por 130.017 euros más de remanente del año anterior. Pues bien, de este total que asciende a 570.017 euros solo se ejecutaron 17.113 euros en los primeros nueve meses del 2019, lo que representa el 3 % del total.

Algo similar ocurre con gran parte de las partidas previstas la pavimentación de vías. Los 318.759 euros previstos para la inversión en nuevos caminos vecinales están sin ejecutar, aunque se gastaron 260.000 euros en obras de reposición y acondicionamiento de los 2,9 millones previstos. De los 1,6 millones para actuaciones integrales en vías públicas no se ejecutó un solo euro en los primeros 9 meses, al igual que ocurre con tres partidas de inversión en parques y jardines, por valor de 1,3 millones.

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