Raxoi achaca los fallos de ayuda en el hogar a su compleja gestión

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

El Concello pidió a Valoriza que informase con tiempo a los usuarios de cambios a los que obligó Inspección de Traballo

28 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Santiago no contabiliza como quejas oficiales las que le llegaron el mes pasado por el malestar de usuarios del servicio de ayuda a domicilio ante los cambios efectuados por la empresa que lo gestiona, Valoriza. «Son incidencias», puntualiza Concha Fernández, concejala de Políticas Sociais, Diversidade y Saúde. Y como tal han sido atendidas «de xeito individual». Algunas resueltas, y otras no, porque lo impedía el convenio colectivo.

El problema -que el Concello achaca solo a las 16 incidencias recibidas, pero que según los usuarios afecta a más personas- surgió por un apercibimiento de Inspección de Traballo, dado que los turnos del personal de ayuda a domicilio -casi medio centenar de personas- no respetaban lo estipulado en el convenio colectivo. Eso provocó unos ajustes que impidieron que trabajadores que llevaban años atendiendo a las mismas personas siguiesen haciéndolo, y que se les asignasen cuidadoras nuevas y a veces con horarios diferentes que no siempre fueron del agrado de los usuarios, que en muchos casos son personas de avanzada edad y con enfermedades mentales.

El Concello achaca el problema a la complejidad del sistema, que tiene que tener en cuenta los horarios estipulados, las características de los usuarios y la necesidad de cuadrar un organigrama en el que intervienen medio centenar de cuidadores -muchos subrogados, porque así lo estipulaba el contrato- y casi dos centenares de beneficiarios. Con todo, desde Raxoi se asegura que en todo momento estuvieron vigilantes al cumplimiento del contrato. De hecho, las coordinadoras de la empresa se reúnen con los técnicos de Servizos Sociais cada quince días, y cada mes, los responsables del departamento lo hacen con la empresa, «para observar que se está cumprindo o servizo, e se hai incidencias miramos como se poden resolver, ademais de revisar o procedemento administrativo», indica la edila de Compostela Aberta.

Requisitos de inspección

En términos similares se pronunció ayer el alcalde, Martiño Noriega, quien también achacó el problema a los requisitos de Inspección de Traballo, que «esixe que non se fagan fragmentacións de quendas, e o Concello sempre vai cumprir co que digan os servizos de inspección».

Sobre el problema, que vivió su punto álgido en el mes de abril, cuando se presentaron la mayoría de las protestas, se interesó también el PSOE, que pidió al Concello una serie de documentación relacionada con la gestión del servicio que la empresa está obligada a entregar de forma periódica. Como ya pasaron semanas y no recibieron respuesta, el portavoz socialista, Paco Reyes, dijo temerse que no la estaban entregando. Sin embargo, la concejala responsable del servicio asegura que al menos en Servizos Sociais no se recibió solicitud alguna. «Non me consta ningunha petición formal», además de puntualizar que, en todo caso, hay documentación sensible relacionada con datos personales de los usuarios que tampoco se puede hacer pública.

Casi un millón de euros

La Xunta de Goberno acordó el 27 de marzo del 2015 adjudicar el servicio de ayuda en el hogar a la empresa Valoriza. La decisión se tomó al entender que su oferta era más ventajosa que la de las otras siete que se presentaron al proceso. Por este servicio se acordó el pago a Valoriza en tres anualidades de 685.830 euros en el 2015; 914.441 este año y 228.610 en el 2017, tal y como recoge el contrato.