Fecales a las puertas del cementerio

Natalia Rodríguez Noguerol
natalia noguerol MELIDE / LA VOZ

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Los vertidos del pozo de bombeo de Santa María, en Melide, siguen sin solución

27 ago 2016 . Actualizado a las 20:59 h.

Antonio está hasta las narices. Y nunca mejor dicho. Es uno de los vecinos de Santa María con vivienda próxima al cementerio nuevo de esta parroquia de Melide, donde se ubica una de las estaciones de bombeo de la red de colectores perimetral al casco urbano. Hace diez años que se impulsó esa actuación millonaria para subsanar las deficiencias de un servicio que, paradójicamente, se ha vuelto un quebradero de cabeza para más de uno. Algo no funciona bien en el sistema de saneamiento de Melide y la prueba está a las puertas del camposanto de Santa María, entre otros puntos con un pozo de bombeo próximo, como el existente al fondo de la calle del instituto de secundaria.

Cuando no es en un lado, es en el otro, pero el asunto da que hablar hasta en verano, que desmonta el argumento que achaca a las fuertes y continuas lluvias el colapso de la instalación. En los meses estivales más secos desde que hay registros, la estación de Santa María sigue vertiendo aguas fecales, aunque no todos los días, como sucede cuando llueve, que es «constante». Sin ir más lejos, la escorrentía de residuales en los accesos al cementerio ha fluido día sí, día también en la semana de fiestas de San Roque, cuando aumenta notablemente la población en Melide. La prueba está en el suelo, donde «hay de todo», como apunta Antonio, señalando los restos de productos de higiene personal y de uso íntimo que, en lo que es una mala práctica, se tiran por el váter. También se nota en el «insoportable» olor de las fecales.

Cuenta este vecino que con este problema llevan desde que se montó la instalación. Y nadie le ha puesto remedio. Además de las molestias por el fluir de la aguas fecales en plena vía pública, la situación también le ha pasado factura al bolsillo. En diciembre pasado encargó un informe pericial para dejar constancia de la situación y lo presentó tanto en Medio Ambiente como en el Concello, pero sigue esperando a que le respondan a la petición que le trasladó a las autoridades locales para que repongan los daños que las escorrentías de fecales han causado en un pinar de su propiedad. Describe arboles caídos y socavones que dejan al descubierto sus raíces. No miente. Ahí están para verlos. Las aguas arrastran la tierra hasta alcanzar el río Catasol, afluente del Furelos. ¿Solución?. Los vecinos lo tienen claro: «Gastar cartos poñendo a funcionar todas as bombas e facéndolles un bo mantemento».