Aseguran que el raposo «non ten medo en achegarse á xente»
04 oct 2018 . Actualizado a las 23:43 h.Un trabajador y el dueño de la estación de servicio Rosfavi, en la capital municipal de A Baña, se vieron sorprendidos hace unos días por la inusual presencia de un pequeño zorro a las puertas de la gasolinera bañesa. «Era xa noite cando apareceu merodeando pola gasolineira e sen medo algún ás persoas. E como queira que temos un gato adoptado desde fai algún tempo e botámoslle comida na zona próxima á porta, pensamos que tiña fame e intentaba comer algo», cuenta Óscar Ramos, trabajador que estaba a punto de cerrar la estación. Pero nadie contaba con la reacción del gato. «Ante a presenza do raposo, non se botou atrás e plantoulle cara. Foi detrás del e acabou espantándoo», relata Óscar.
A tenor de las fotos realizadas con un teléfono móvil, clientes que son cazadores les dijeron que se trataba «dun raposo moi novo, porque non tiña medo en achegarse a onde había xente, xa que só estaba centrado en comer», indica el operario, que asegura que era la primera vez que lo veía tan cerca. Pero no fue el único. Un cliente les dijo que en varias ocasiones «viuno merodear pola gasolineira sobre as sete da mañá, cando el ía a traballar, polo que pensamos que busca comida e achégase con frecuencia pola zona», comenta Óscar.
El caso de A Baña no es aislado. Hace un año, en la parroquia de Araño (Rianxo), un zorro se convirtió en habitual visitante nocturno del mesón A Casilla, en busca de restos de churrasco. Lo bautizaron como Monchiño. Llegó incluso a forjar amistad con el dueño, que le daba de comer de su mano. Monchiño se convirtió en toda una atracción por los vídeos que circulaban por las redes sociales. Pero sobre esta historia feliz planea la amenaza que supone para la fauna salvaje la falta de comida en los montes. En Portomouro (Val do Dubra), otro zorro fue grabado en vídeo a plena luz del día por la carretera principal, saliendo de una casa y llevándose una gallina. Tienen más hambre que miedo a ser descubiertos.