Aires de huelga

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

17 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Defensa de la sanidad pública española. Eso es lo que ha hecho y hace, desde muchos años atrás, el firmante de estas líneas. Que, como además ha tenido la suerte de haber viajado en numerosas ocasiones por el norte de Europa, cree que, si no es la mejor, sí una de las mejores. Y encima, gratis, cosa que no sucede, por ejemplo, en los nórdicos (fórmula que evita el ir por ir, algo que a veces sí sucede en Galicia en general y en el área de Santiago en particular).

Ahora resulta que soplan vientos de huelga entre los médicos, con la misma disculpa que lo han hecho otros en campos diferentes: aumentar la calidad del servicio y toda esa retahíla de palabras dulces. Y, claro, eso pasa por un aumento de la nómina. Oiga, y de la mía también, por favor.

Los partidos de la oposición están pasando de puntillas sobre el asunto porque saben que si llegan a San Caetano no es problema de fácil solución. Sea quien sea el conselleiro de Sanidad se va a encontrar con un presupuesto limitado (siempre se pueden subir impuestos, que seguro que de Teo a Tordoia aparecen miles de voluntarios que firmarán esta opción) y un número de profesionales que es el que es, no se pueden vender en la feria de los jueves los títulos de médico.

Suena lógico que todo el mundo quiera (queramos) conseguir más dinero por medios legales. ¿Dónde hay que apuntarse? Pero al menos que esos funcionarios —los médicos no son funcionarios en los nórdicos, por cierto, ni falta que hace— no se rían de mí. Digan que quieren ganar más en el CHUS, en cualquier centro de salud de Ordes o Brión, negocien con las autoridades y, si quieren seguir con la huelga, háganlo. Es un derecho constitucional. Pero no me llamen tonto.