Sanidad

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

12 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Aclaración: el arriba firmante es de Letras. De números y de economía no sabe nada. De sanidad, menos. En todo ello es ignaro. Pero se me ocurre un primer pensamiento: no hay más médicos que los que hay, y no hay médicos en el paro. Reclamar más es como eso de Facebook «firma la petición por los derechos de las niñas en Afganistán» (los talibanes están temblando ahora mismo).

Segundo pensamiento: pediatras hay todavía menos. Conozco a una de la comarca que hace su jornada y en ocasiones le piden que por la tarde vaya a otro centro en Santiago porque el titular no puede acudir. Los pediatras no los tienen ni Sánchez y Rueda escondidos en un cajón. Hay lo que hay.

Tercer pensamiento: algunos ciudadanos sacan a relucir su punto temerario (seamos educados) y van al médico de familia, al pediatra o a urgencias porque el niño tiene catarro o me duele esta muela desde hace tres días (casos reales de Santiago elegidos al azar entre otros muchos).

Cuarto pensamiento: los países nórdicos cobran (con excepciones) las consultas. Esa es una solución, otra es subir los impuestos para pagar la formación y luego el trabajo de más médicos (o renunciar a algo; con menos dinero se hacen menos cosas).

Quinto pensamiento: ni el conselleiro de Sanidade es un cabestro ni lo son los líderes de la oposición. Existen distintas concepciones y diferentes maneras de organizar algo tan complejo como la sanidad, pero para dar soluciones fáciles a problemas difíciles ya están Podemos y Vox.

Sexto pensamiento: Un poco de sensatez por parte de todos —la clase política y el ciudadano de a pie— permitirá mejorar el servicio sanitario, que en la comarca compostelana se merece al menos un notable.