Hemeroteca | 1993 | La avalancha de visitantes deteriora la Catedral

La Voz

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

El director del complejo museístico consideraba necesaria la racionalización de las visitas a ciertos elementos del patrimonio

25 ago 2020 . Actualizado a las 05:10 h.

Hace veintisiete años, el director del complejo museístico de la Catedral de Santiago, Alejandro Barral, advertía del deterioro del patrimonio que suponía la avalancha continua de visitantes. Barral consideraba necesaria la racionalización de las visitas a ciertos monumentos. «Comprendo que los fieles necesitan a veces lo tangible, pero se puede rozar la superstición, ajena al culto católico», añadía el director del complejo museográfico. Barral explicaba que resultaba imposible que todas las piezas estuviesen expuestas al público ya que algunas formaban parte del servicio litúrgico. Además, insistía en que se debía proteger el conjunto artístico, especialmente aquellas partes que estaban a la intemperie.

En 1993, el Consello de Fábrica de la Catedral buscaba transformar el Museo de la Catedral en un lugar de exposición y estudio de referencia a nivel europeo. Para conseguir este propósito, la organización quería examinar el estado del patrimonio y hacer un inventario de las piezas que la componen. Después, el Consello de Fábrica planeaba remodelar los museos catedralicios, reforma para la que, según Barral, era necesario recurrir a fondos privados. El director del complejo museístico, además de mejorar las instalaciones, pretendía crear un espacio con función pedagógica, atrayendo a gran cantidad de investigadores a la ciudad.