Piedra y silencio

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

12 abr 2020 . Actualizado a las 00:42 h.

Está rulando estos días por las redes un excelente vídeo de la Compostela de los años 60 en el que no falta ninguna de las imágenes que nuestros padres o abuelos nos han recreado de aquella época. Iconos de una ciudad dibujada con retazos de modernidad en la foto fija de un pasado que aún pervivía de leiteiras en O Toural, de las Marías en sus paseos en punto, de paisanas vendiendo quesos y verduras en la Praza, de R-4 rodando sobre la piedra, del bullicio de El Asesino, de estudiantes encorbatados, del paseo de las chicas por la Alameda, y lluvia, mucha lluvia con los soportales de las Rúas abarrotados y gabardinas aceleradas de un lado a otro. Una ciudad de tradición, pero que también asomaba al futuro, con la universidad que se anticipó al mayo francés. Una Compostela que apenas iba más allá del casco histórico y que aún no se había atrevido a renegar de su pasado no tan lejano cargándose el edificio Castromil. Y es que estos días de confinamiento despiertan un ansia de reencuentro, de salir a la plaza pública para reconectar con nuestros vecinos, pero también para sentir la ciudad más allá de los balcones y ventanas. Es un sentir compartido en muchas ciudades (desde A Coruña me envían otro vídeo, sin imágenes en blanco y negro), pero la llamada de Santiago es potentísima porque, tal vez, la neblina de la cotidianidad había velado a nuestros ojos la singularidad de estas calles y plazas, menos bulliciosas de vida propia e invadidas de turismo, es verdad, pero escenario igualmente envidiable de nuestras vidas. Y me pregunto cómo aparecerá la Compostela del confinamiento en el vídeo, o lo que sea, que rulará dentro de 50 años. Piedra, la piedra inmutable, y silencio.