«Quedé entre dos ramas. Eso me salvó»

a. c. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Xoán A. Soler

La universitaria herida en San Lourenzo sintió que el árbol se desgarraba y trató de huir

07 nov 2019 . Actualizado a las 00:53 h.

«Vi que el árbol se movía y sentí que empezaba a desgarrarse, eché a correr y cuando se me vino encima cerré los ojos y me caí». Fueron unos instantes y unas decenas de metros que no pusieron a Dahynna fuera del alcance del roble centenario, porque es inmenso, y también la envergadura de la rama que se desplomó con todas sus bifurcaciones. Pero, sin saberlo, ganó la distancia suficiente para que no le alcanzase la rama principal, que por su grosor era como un tronco de árbol viejo, y quedó atrapada entre dos más pequeñas: «Hacían forma como de "i griega" [hace el gesto con las dos manos] y yo quedé en medio, eso me salvó».

No hacía viento y de vez en cuando caía un chaparrón. La universitaria colombiana se dirigía a una práctica de la facultad, como tantos otros días, acompañada por su madre, que se despidió de ella unas decenas de metros más atrás y desde ahí, siguiéndola con la mirada, pensó en una tragedia, hasta que vio como se levantaba, conmocionada. Cuando lo cuenta delante de su hija, en el lugar donde esta cayó, sobre la acera de la rúa da Carballeira de San Lourenzo, veinticuatro horas después todavía se le escapan las lágrimas.

Cuando se levantó, Dahynna Andrea Valencia Galeano, de 21 años, sangraba por la mano izquierda y tenía un golpe en la pierna, aunque le dolía todo el cuerpo y estaba muy nerviosa. Había perdido las gafas, que ya no aparecieron, y su paraguas quedó deformado. Una ambulancia se la llevó pocos minutos después al Hospital Clínico, donde le dieron el alta a primera hora de la noche, pero ayer estaba muy dolorida y se puso en manos de un fisioterapeuta.

La joven pasaba habitualmente por la carballeira de San Lourenzo -por la acera del lado del campus sur, donde está ese roble- pero le costará volver a hacerlo. Nunca pensó que podría caerle un árbol encima, ni en Colombia, su hogar hasta hace un par de años, ni en Santiago. «Caminaré más, a partir de ahora daré un rodeo porque me da reparo pasar por ahí», afirma.

El desplome provocó unos instantes de gran alarma en la zona. Un coche que estuvo a punto de ser alcanzado paró unos metros más adelante y su conductor fue el primero en auxiliar a Dahynna, junto a la madre de esta. También un motorista que llegaba al lugar. Por unos segundos, la rama no alcanzó a una mujer que caminaba por la acera empujando el carrito con su bebé en sentido contrario -en dirección al centro de la ciudad- al que seguía la universitaria. «Muy asustada, decía que podía haberla alcanzado a ella y a su hija», recuerda la madre de la joven. Por muy poco, tampoco resultó herida una profesora de la USC.

Llamadas desde Raxoi

Desde el primer momento, el Concello se interesó por el estado de la joven contusionada. El mismo lunes se puso en contacto con ella el concejal de Seguridade Cidadá, Gonzalo Muíños, y ayer por la mañana lo hizo el alcalde, Xosé Sánchez Bugallo. Efectivos del Cuerpo de Bomberos y del servicio municipal de Parques e Xardíns trabajaron durante toda la tarde del lunes para retirar la gran rama desprendida, mientras el tráfico era desviado por la Policía Local, ya que invadió la calzada y a punto estuvo de alcanzar el cruceiro ubicado junto al muro de la finca del pazo de San Lourenzo. Además, fue cortada otra rama del mismo árbol, de menor tamaño, que amenazaba desplome.

El último informe no evaluó el riesgo del roble dañado

El gobierno municipal de Compostela Aberta manejó un estudio del estado de los árboles de la Carballeira de San Lourenzo encargado por la concesionaria del mantenimiento de las zonas verdes, Cespa, a una consultora británica. El informe, con fecha del 8 de agosto del 2018, no evaluó el estado del roble cuya rama se desplomó el pasado lunes. En el gráfico de la carballeira incluido en el informe está indicado con el código T74 y un punto gris que corresponde, al igual que en el caso de otros 39 árboles del robledal, a la categoría de «riesgo no evaluado». De los que sí fueron evaluados, ninguno mereció un diagnóstico de riesgo: el estado de 19 fue calificado como «tolerable» y el de otros 22, como «ampliamente aceptable».

Este informe fue esgrimido por el gobierno de Compostela Aberta ante la insistencia de la Asociación de Veciños Río Sarela para que se adoptaran medidas para sanear las especies arbóreas de la carballeira. Estas demandas vecinales se intensificaron a finales de noviembre del 2018, tras el desplome de un roble centenario que en el mismo gráfico figuraba como el dañado el pasado lunes: «Riesgo no evaluado». El concejal entonces responsable de Medio Ambiente, Xan Duro, dijo a la asociación que dicha calificación significaba que se había realizado la revisión pero no se identificaron «riscos potencialmente elevados, problemas de saúde, descomposición ou defectos significativos», por lo que no se hacía un registro individual en las tablas de evaluación de riesgo.

La asociación Río Sarela considera positiva, pero insuficiente, la poda realizada hace más de un año en la carballeira. Considera imprescindible un estudio a fondo del estado de todos los árboles y la adopción de las medidas que, tras este diagnóstico, sean necesarias.