Raxoi ya trabaja en una normativa para regular los pisos turísticos

r. martínez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El alcalde califica de «grave» la situación y pide a la Xunta un control «moi estrito»

30 jul 2019 . Actualizado a las 23:27 h.

Los pisos turísticos están entrando con fuerza en el mercado del alojamiento vacacional. Lo han notado los hoteles con un más que discreto índice de ocupación para un mes de julio, pero también lo están sufriendo los estudiantes, a los que ya les resulta difícil acceder al mercado del alquiler. La escasez de inmuebles les obliga a buscar alternativas alejadas del centro o expresamente en los alrededores de la ciudad, condicionando la movilidad hacia sus centros de estudio. La situación también alcanza a las familias que buscan alquilar. Para unos y otros, queda menos y más caro.

En Santiago, la incidencia de este nuevo tipo de alojamiento se está comenzando a notar expresamente este año por el peso en ese mercado de los que funcionan de forma irregular. El alcalde calculaba ayer que hay unos mil activos de forma irregular, cifra que no descarta que se incremente en los meses de verano. Y coincide con la preocupación que manifestaba el sector de hostelería en los últimos días, visto el resultado de ocupación de julio, pero tampoco la carencia de oferta para los estudiantes es una cuestión menor para el alcalde, que anunció que los departamentos municipales de Urbanismo y Turismo ya están trabajando en la elaboración de una ordenanza que Xosé Sánchez Bugallo espera tener para fin de año.

Esa actividad está teniendo «un efecto preocupante e estamos tratando de poñer orde», dice el regidor. La cuestión es «grave». Y el problema que genera, «severo». Así se lo ha trasladado ya al conselleiro de Turismo, Román Rodríguez, a quien ha solicitado que la Xunta mantenga un control «moi estrito» sobre «o outorgamento de licenzas de pisos turísticos».

El gobierno del socialista asume que este tipo de alojamientos también es una opción, pero que ha de regularse y funcionar en un contexto de compatibilidad con usos residenciales, pisos para estudiantes y hoteles. «E dende logo deben estar legais e regularizados». Y concluye que hay que fijar limitaciones y controles para «esta proliferación indiscriminada e ilegal, na maioría dos casos, que se está a producir». En esa línea es en la que están trabajando las áreas que dirigen Mercedes Rosón (Urbanismo) y Gumersindo Guinarte (Turismo).

«Queremos establecer limitacións que fagan que as vivendas turísticas teñan que cumprir uns requisitos». Y entre otros, que cuenten con la conformidad de la comunidad de propietarios, lo que en buena medida los limitará a edificios exentos que el planeamiento autorice para ese uso, «o cal na cidade histórica son bastante excepcionais, por certo».

Coincidiendo en el diagnóstico que se hace desde los sectores afectados por esta nueva modalidad, Bugallo defiende la necesidad de regular y «espero que poñamos unhas condicions razoables pero restrictivas».

Universitarios sin vivienda a un mes del inicio del curso tienen que irse fuera de Santiago

La disminución de la oferta de pisos de estudiantes por el uso turístico ha dejado a jóvenes sin vivienda a un mes del inicio del curso. Las inmobiliarias depositan sus esperanzas en que surjan nuevas ofertas tras el fin de los contratos de julio o que a finales de agosto aquellos que no hayan conseguido una rentabilidad vacacional vuelvan a ofertar la vivienda para los estudiantes. Otro de los factores que puede jugar a favor el contrato del curso académico es la gestión constante que suponen los alquileres vacacionales, ya que son intermitentes y necesitan más cuidado. En cambio, los estudiantes no modifican su situación en diez meses. Algunos de los universitarios que sí encontraron piso han tenido que alejarse del centro. La alta demanda en los alrededores del Campus Vida, al que acuden mayoritariamente, ha redirigido a los estudiantes a ubicaciones alejadas de los centros de estudio. Otra de las alternativas es residir en los alrededores de la ciudad como O Milladoiro.