Ana García Ventura: «Somos el primer estudio floral gallego con creaciones en el Thyssen o el Palace»

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

mero afonso

Dejó la química por un trabajo más inspirador y sus clientes llegan ahora a Tailandia

16 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La felicidad es para los valientes. A veces es necesario dar un salto de fe. Una decisión arriesgada, que puede salir bien o mal. En una encrucijada así se vio, hace no mucho, Ana García Ventura. La compostelana estudió Química. Con un máster en Medio Ambiente y un empleo fijo, «no estaba a gusto con mi trabajo», cuenta, e hizo algo por remediarlo. Renunció a un sueldo a final de mes y vacaciones aseguradas. Quería hacer algo que la llenase. Le llevó cerca de un año decidir hacia dónde encaminar su futuro, pero la temeridad valió la pena. Ahora a esta emprendedora de 39 años le salen clientes de debajo de las piedras. La mayoría de los encargos son de Galicia, pero también de Madrid, Londres, Nueva York, Brasil y hasta Tailandia.

Creó una empresa de organización de bodas y eventos, Minimú Atelier. «Me lancé en contra de lo que todo el mundo me decía. Estás loca era la frase favorita en mi entorno», recuerda. Comenzó en el diseño floral de forma amateur, pero «me gustaba tanto que fui formándome en eso». «El trabajo con la flor es muy lucido, aunque es bastante duro porque dependes de un ser vivo. Cada flor es diferente y tiene cuidados diferentes», subraya. Los diseños de Ana García han acompañado medio centenar de bodas (entre ellas, una nigeriana en la capital del Reino Unido) pero también han ocupado espacios emblemáticos. «A día de hoy somos el primer estudio floral gallego que ha llevado sus creaciones al Thyssen o al Palace», indica.

Esta oportunidad surgió el año pasado. La santiaguesa, concebida por dos asturianos en su último año del mir, explica que fue a raíz de una cena de gala de Tupperware Mexico en Compostela. «A la empresa que nos contrató le gustó el trabajo y nos volvieron a llamar cuando hicieron otro en Madrid para una multinacional. Se trataba de la convención internacional de HP, que reunió en noviembre a unas 1.600 personas», relata Ana García, quien reconoce que le temblaron las piernas cuando supo que sus diseños florales acabarían en el famoso museo del Paseo del Prado, en el icónico hotel capitalino y en una joya arquitectónica como el Palacio de Neptuno.

Diseños a prueba de obstáculos

«Son espacios muy especiales y todo luce mucho allí. El principal reto fue conseguir tres decoraciones con estilos diferentes pero todas con el color corporativo, en tonos violetas», señala. Elaboró más de un centenar de centros en los que había desde delphinium a tulipanes, rosas y limonium. «Lo más complicado es ir a Madrid con las flores, que tienen una duración limitada y necesitas que conserven la calidad en el transporte. Toda la logística tiene que estar muy cuidada. La verdad es que nos organizamos muy bien y salió todo como esperábamos», añade.

Cuenta que, especialmente en el Thyssen, «la seguridad es muy estricta y tienes unos tiempos muy cortos para hacer el montaje. Tienes que llevar todo premontado y tener el trabajo muy definido de antemano. No valen pruebas ni hay margen de error», comenta Ana García, quien no se relaja hasta que tiene el último detalle listo. La profesional confiesa que todo esto supuso un estrés adicional a un encargo que le confiaron a pesar del coste añadido que tenía el desplazamiento desde Galicia respecto a cualquier estudio floral de Madrid.

La química que acabó encontrando la felicidad en la organización de bodas y eventos asegura que nunca se imaginó el alcance y satisfacciones que le daría Minimú Atelier, cuyo servicio de flores a domicilio «es ya todo un éxito en Galicia y nos disponemos a dar el siguiente paso sorprendiendo con nuestros diseños en toda España».