Antonio Gómez: «No es necesario ir al extranjero para tratarse bien de un cáncer de próstata»

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

El jefe de Radioterapia abordó con pacientes los efectos del tumor en la sexualidad y en la calidad de vida

29 nov 2018 . Actualizado a las 09:48 h.

Un grupo importante de varones de Santiago han ido al extranjero para tratarse del cáncer de próstata. Buscaban tener menos efectos secundarios, sobre todo en su vida sexual posterior a la operación del tumor. Especialistas del CHUS lo saben y, para responder a esa y otras preocupaciones, el jefe de urología, Camilo García Freire, y el de radioterapia, Antonio Gómez Caamaño, participaron ayer en un nuevo taller sobre sexualidad y cáncer de próstata organizado por la Asociación Contra el Cáncer local en el Clínico, donde respondieron a preguntas personales. Fue, además, «una manera de conmemorar el Movember, un movimiento internacional surgido en Australia, centrado en la salud del varón, en especial la próstata. Quienes participan suelen dejarse el bigote ese mes», subraya Gómez Caamaño. Este especialista afirma con contundencia que «hoy no es necesario ir al extranjero para tratarse bien de un cáncer de próstata. Aquí las posibilidades son muy buenas».

Además, ayer se avanzaron novedades sobre el estudio internacional Requite, en el que participaron 294 pacientes de cáncer de próstata, 101 de tumores de mama y 55 de pulmón del área de Compostela. «Participaron hospitales de siete países europeos y de Estados Unidos, y en Santiago fue donde reclutamos más afectados del tumor de próstata. En el estudio colaboramos el servicio de radioterapia y el grupo de Ana Vega, de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica. Una aportación interesante es que se hizo un seguimiento de la calidad de vida de personas afectadas por el tumor. Se les preguntaba sobre cómo se sentían, para conocer lo que realmente sufren», relata Gómez Caamaño.

Porque, aclara, «dos pacientes pueden tener que levantarse tres veces a orinar por la noche, pero el efecto secundario no es el mismo, puede repercutir de forma diferente en su calidad de vida. Es relevante que los pacientes evalúen la toxicidad y los efectos del tratamiento, pues generalmente los médicos somos menos objetivos», explica el jefe de radioterapia.

El cáncer de próstata es el más frecuente en el varón. El CHUS diagnostica unos 350 casos nuevos al año. La cirugía y la radioterapia son los tratamientos habituales. «El último año en radioterapia tratamos 230 casos. La mayor parte de los diagnósticos son con un estado muy precoz. Eso facilita que se curen entre el 90 y el 95 % . Y entre quienes fallecen por cáncer de próstata hay una supervivencia en general elevada, de 10 años o más», agrega.

En radioterapia del CHUS, señala, «ahora mismo no tenemos lista de espera para tratar este tumor. Con los nuevos aceleradores lineales hemos conseguido además reducir el tiempo. Así, tratamientos que antes duraban 37 o 38 días ahora se hacen en unos 15. La nueva tecnología nos permite dar dosis más altas y acortar la duración. Son igual de efectivas o más, y probablemente con menos efectos secundarios. Solo nos falta por renovar un acelerador lineal, que se hará el año que viene. Después, el más antiguo tendrá dos años», precisa este especialista.

Gómez Caamaño especifica que «hay algunos casos de cáncer de próstata que no se tratan, aunque se hace una vigilancia muy intensa de quienes lo padecen. Son lo que se denomina políticas de seguimiento activo, solo en cánceres de baja actividad y en pacientes de edades avanzadas, en quienes la carga tumoral es muy poca. Porque si pueden vivir bien durante años, y tratar el tumor no va a influir en la cantidad ni en la calidad de vida, no se les hace pasar por un tratamiento. Aunque, si en la vigilancia se ve que avanza el tumor, sí que se valora la mejor intervención posible en ellos», concluye.

Especialista. Antonio Gómez Caamaño es el jefe de radioterapia del CHUS.

Movember. Participó ayer en una actividad, con la Asociación Española contra el Cáncer, enmarcada en el movimiento internacional Movember, que conciencia sobre la salud del varón, en especial de la próstata.