Santiago, su sección de la Audiencia Provincial, vive años intensos en los que ha tenido que lidiar con casos de gran calado e interés. En poco tiempo se han juntado en la sala que preside el magistrado Ángel Pantín el robo del Códice Calixtino y el infame asesinato de la niña Asunta a manos de sus padres, Rosario Porto y Alfonso Basterra. Ambos están ya finiquitados y felizmente sentenciados, pero no tardará en llegar otro que volverá a llenar de periodistas el palacio de justicia de Fontiñas. Y es que la muerte de Diana Quer también se juzgará en Compostela y en su Audiencia. Hay más conexiones. El abogado que representará a la familia de la joven madrileña, Ricardo Pérez Lama, es el mismo que dio voz acusadora a la pobre Asunta, a la que sus verdugos le habían negado hasta el derecho a señalarles y culparles. Gracias a la intervención de este letrado en el juicio, que fue determinante, hoy sus padres están entre rejas. Ahora también dará voz a Diana, a la que se ha maltratado tanto. De la que se dijo que si tenía malas compañías, que si se escapaba de casa, que si tal y que si cual. A esto se le llama revictimizar a la víctima y me espanta. Diana fue presuntamente raptada, probablemente sufrió una agresión sexual y después fue asesinada. Es una mujer más víctima de un hombre que no lo es. Obligado por mi oficio a ver, oír y escribir historias terribles como estas, cuando la adrenalina del momento se evapora y me quedo a oscuras física y mentalmente, me hiela el pecho pensar en los últimos momentos de Asunta, de Diana y de tantas y tantas otras víctimas de cualquier tipo de violencia. Su voz es la única que importa.