«Tengo claro que quiero que el patinaje sea el apellido de mi vida»

jaime crespo / M. G.

SANTIAGO

ALEJANDRA DEL RIO

La joven deportista es vigente campeona de Europa júnior y ultima su puesta a punto para el Mundial de China

20 ago 2017 . Actualizado a las 21:11 h.

Nadia Iglesias de Salvador (Santiago, 1999) comenzó su relación con el patinaje artístico a los cuatro años, siguiendo la estela de su hermana Carla. Casi 15 años después, enrolada en las filas del CPA Maxia coruñés, Nadia ha logrado erigirse en campeona de España y de Europa júnior, demostrando unas dotes que la sitúan como una de las mayores promesas nacionales de este deporte. Antes de cerrar la temporada, la joven patinadora se desplazará a China el próximo día 28 para participar en el mundial de la categoría, una cita a la que acude con la ilusión y ganas que la caracterizan desde su infancia.

-¿Quién fue su referente en sus inicios en el patinaje artístico?

-Mi hermana Carla siempre ha sido un ejemplo para mí. Ella llegó a competir en un Campeonato de España, que lógicamente está muy bien, pero nunca participó internacionalmente. No obstante, Carla siempre ha sido un referente para mí, porque se ha esforzado mucho. Comenzó a patinar a un nivel serio relativamente tarde, con 10 o 11 años, aproximadamente. Pese a ello, avanzó mucho en poco tiempo. Para mí, ella es un ejemplo de que, si quieres y te esfuerzas, no siempre empezar tarde es un impedimento.

-El patinaje artístico cuenta con varias disciplinas. ¿Por qué se decantó por el patinaje libre?

-Realmente, aquí en Santiago y un poco en el resto de Galicia, las disciplinas que más destacan son el patinaje libre y el grupo show, aunque este no mucho. Por otra parte, la disciplina de danza es una modalidad que se está empezando a trabajar prácticamente ahora. Hay algunas parejas de danza en Galicia, pero no muchas. Por eso, entre el grupo show y el patinaje individual, a mí siempre me llamó más la competición individual. Mis inicios a nivel de club en Santiago fueron en esta modalidad, al igual que los de mi hermana. Luego, a medida que fui creciendo, como me gustaba esta modalidad, nunca me planteé el cambio.

-¿Cómo valora a día de hoy su salto a la categoría sénior?

-Quiero competir en la categoría y llegar a ser una buena sénior. De hecho, quiero ser de las patinadoras que vayan al Mundial. Cuando eres pequeña, los campeonatos están muy bien, pero no dejan de ser una preparación. Me parece que, un deportista, cuando tiene que competir de verdad es en sénior. Puedes llevar toda la vida patinando, pero realmente cuando te haces un nombre en el deporte es en esa categoría. Dentro de dos años, cuando sea sénior, probablemente compita con chicas que ya hayan sido campeonas del mundo. Medirme contra tales ídolos creo que será interesante, un desafío bonito y muy positivo a la hora de afrontar la categoría. No sé cuantos años estaré en sénior, porque voy a empezar a estudiar INEF y también quiero centrarme en mi carrera en la universidad. No voy a dedicarme solo al patinaje, pero sí tengo muy claro que quiero que el patinaje sea el apellido de mi vida.

-Volviendo al presente, ¿como afronta la última cita del curso, el Mundial júnior de China?

-No sé como saldrá el Mundial, pero espero que bien. Por lo menos, a la hora de hacer un buen campeonato. A mí no me gusta augurar nada, con hacerlo bien ya estaría muy contenta. Tengo ganas de llegar allí, competir bien y vivir la experiencia de un Mundial. El hecho de medirse con las mejores patinadoras del mundo es un gran reto. Me gusta porque ves el nivel de patinaje de otros países, cómo se vive tu deporte en diferentes partes del mundo. Voy con ilusión, muchas ganas y espero que todo el esfuerzo del año dé sus frutos en China.

-¿Cuáles cree que serán sus rivales directas en el torneo?

-Sobre todo las italianas, que son las que siempre están ahí. Son buenísimas, porque allí se vive el patinaje de forma completamente diferente. En Italia tienen más medios, y la forma de competir y entrenar es distinta. Luego, los demás países europeos también son fuertes. Destacaría a las eslovenas y a las portuguesas. Siempre son rivales, pese a que no siempre están en los puestos de cabeza. Las argentinas y las brasileñas seguro que también competirán bien.

-¿Qué tipo de ejercicio tiene preparado para la prueba?

-En los campeonatos de patinaje artístico libre, la competición se divide en dos programas: un programa corto obligatorio y uno largo libre, que también tiene algunas pautas a seguir. Los dos son muy visuales y artísticos, realmente no hay una gran diferencia. Únicamente que el programa corto tiene seis elementos obligatorios y no puedes salirte del esquema. Por contra, en el programa largo sí puedes salirte un poco más. Son cuatro minutos en los que puedes mostrar elementos de más dificultad: un combinado más difícil, un salto más complicado o piruetas más largas con más posiciones.

-¿Qué músicas ha elegido para acompañar estos programas?

-Las piezas musicales las elige mi entrenadora del Maxia, Rosa García, a principio de temporada. Ella las busca y las corta de cara al primer campeonato y luego son las mismas durante todo el año. En el tema del baile, a mí este año me lo montó una coreógrafa y expatinadora en danza, Ayelén Morales. La verdad es que es muy arriesgado cambiar la coreografía en medio de la preparación. No es el momento de aprender un baile nuevo, sino de perfeccionar el que ya tienes. Este curso, para el programa corto tengo una canción de Maxime Rodriguez que se llama Je me souviens de nous; y luego en el largo llevo Dernière danse de Indila.

-¿Qué estilo caracteriza el patinaje artístico de Nadia Iglesias?

-Para mí patinar es la sintonía perfecta entre la técnica, la perfección a la hora de realizar los movimientos, tanto los saltos como las piruetas, y sobre todo sentimiento. Si consigues patinar, mezclando técnica con una coreografía sentida, probablemente consigas arrancar el aplauso del público, y que los jueces vivan tu ejercicio y no solo lo miren. Creo que lo que a mí más me caracteriza es patinar con fuerza, con ganas, y transmitir esa fuerza a los demás.