La Rosaleda

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

11 oct 2016 . Actualizado a las 23:16 h.

La adquisición del grupo compostelano La Rosaleda por uno de los grandes de la sanidad privada en España era una crónica anunciada. A nadie se le escapaba que La Rosaleda y La Esperanza, así como sus centros en el norte de Portugal y en Lalín, eran un plato apetitoso en medio de un voraz proceso de concentración en este sector, en el que HM Hospitales, grupo de referencia en la Comunidad de Madrid, ya había puesto un pica en Galicia en el 2014 con los coruñeses Modelo y Belén. La Rosaleda es depositario de la mejor tradición médica, que está en el ADN de Compostela, la escuela encarnada por Gerardo Fernández Albor, el fundador del grupo que en julio pudo festejar las bodas de oro; Luciano García Alén, Agustín Sixto Seco, Manuel Moreno de Orbe, Carlos Leira Tormo, Luis Ángel Cabo Rey, Eliseo Cortizo Blanco o José María Balboa Troiteiro, entre otras figuras que convirtieron el entonces primer policlínico gallego en un centro de vanguardia y referente para toda Galicia. Los tiempos han cambiado y La Rosaleda intentó adaptarse a ellos, fortaleciéndose para resistir entre los grandes, y pasó de facturar 3 millones de euros a 26 en los últimos tres lustros, pero su proyecto clave, el nuevo hospital, requería una financiación de 40 millones, supeditada a la venta de los terrenos de su sede del Ensanche, operación urbanística que llegaba a destiempo. Ahora, HM Hospitales compromete como mínimo el mantenimiento de los puestos de trabajo del grupo La Rosaleda (en A Coruña incluso los aumentó) y un impulso a la investigación y la especialización. Será un avance en un entorno muy exigente y competitivo, pero será diferente y menos nuestro.